Bienvenidos a mi nuevo blog

Hola chicos, aunque voy a trabajar también con mi página web de www.elalmanegra.neositios.com voy a probar a publicar aquí los capítulos de mi historia. Gracias por visitar mi web.

QUE LA LUZ DE KIA OS ILUMINE Y LAS ALAS DE KAI OS GUARDEN :)

lunes, 28 de noviembre de 2011

Cap.5

Elisée  estaba acurrucada bajo un árbol del jardín, con la mirada puesta en ninguna parte y jugueteando con el colgante que Draco le regaló para el baile, una cadena plateada de la que pendía una cruz gótica. A ella le parecía el detalle más bonito que le había hecho y se lo agradecía de todo corazón. Aunque de vez en cuando le gustaba "provocar" a otros chicos con sus encantos, sólo era un juego, pues le resultaba gracioso ver cómo se contenían. Draco siempre había sido su único y verdadero amor. Nocturna dejó claro desde un principio que no quería nada serio ni con Richard ni con el resto. Según ella, no le llegaban ni a la suela de los zapatos. Al menos se quedaban con la satisfacción de que Draco en su momento también fue rechazado por ella, hasta que conoció a Elisée. Draco conocía el carácter de Nocturna y los cinco no le caían nada bien, por eso se llevaba genial con Dragon. 
Sin embargo, Elisée estaba preocupada porque notaba a su novio muy reservado y distante con ella, cosa que nunca había hecho, no había secretos entre ellos, o al menos eso creía.  Se preguntaba si era por algo que había dicho o hecho, o si simplemente necesitaba su espacio para estar solo; no había comentado nada con ella. Sentía que cada día que pasaba perdía una parte más de él.  
Lunes de nuevo; empezaban los decisivos y  últimos meses. Se había convocado al profesorado y al alumnado en el salón de actos a las 10 de la mañana. Tonelius leyó un breve discurso de bienvenida para los tres alumnos que habían llegado nuevos, les enseñó cómo eran las aulas, la biblioteca, los laboratorios y les entregó a cada  uno sus respectivos horarios de clase. El chico nuevo en la clase de Kuni era Luis Kyrio, alto, de pelo  corto moreno y grandes ojos marrones. A ojos de Kuni tenía pinta de ser estudioso, aunque le interesaba más si era amable y respetuoso. Su hermana Sophie tenía el cabello largo y rojizo y los ojos marrón oscuro; su otra hermana, Susire, tenía el pelo corto de color negro y ojos marrones verdosos. 
Kuni vio de nuevo  a Dylon y lo abrazó, sintiéndose muy feliz cuando él correspondió a su abrazo de buena gana. Muchos de sus compañeros estaban con "la depre" porque querían continuar con la fiesta, otros estaban ya hartos y preferían volver a la rutina. Marina le dirigió una sonrisa a Kuni, y quizá también a Dylon, de una manera altiva y rivalizante, pero tropezó con la pata de una silla y todos se rieron cuando se le cayeron los libros, desperdigados por el suelo. Se lo tenía merecido, pero como se había sentida herida en su ego, fulminó a más de uno con la mirada cuando recogió sus pertenencias. Cuando  las clases acabaron, intentó ligar con Luis, sin éxito. No estaba acostumbrada a que la rechazaran, sino todo lo contrario, a ser ella la causante de la amargura de muchos chicos que una vez  le confesaron sus sentimientos. A pesar de ser la que iba más maquillada y mejor vestida de la clase, no caía bien a todos, pues  era muy repelente el tipo de persona caprichosa que tenía que tener todo cuanto se le antojara y cuando ella quisiera.  


Desde que Kuni conocía su origen, no podía evitar sentirse un poco incómoda cuando estaba cerca de Tonelius, aunque no quería que se abriera una brecha entre los dos. Hizo los deberes que le habían mandado sobre la repulsión de los malos espíritus y corrió escaleras abajo para salir hacia el bosque. Las flores parecían bailar sobre la hierba, el viento mecía las ramas de los árboles, que daban una agradable sombra para descansar. Vislumbró no muy lejos de donde ella estaba una silueta humana. Se escondió tras una secuoya centenaria y miró con más atención. Sólo veía su cuerpo de espaldas, con un largo cabello ondeando al viento. Alrededor de la forma femenina se iba formando una neblina que difuminaba su imagen. Kuni pestañeó un par de veces, sin dar crédito a lo que ocurría y entonces la silueta desapareció. Ni que el bosque tuviera efectos alucinógenos sobre las personas... 


Dragon se acercó a Elisée y le preguntó:
__Eli, ¿te ocurre algo? Llevas todo el día aquí sentada.
__Tranquilo, sólo quería relajarme un poco, nada más.
Se sentó a su lado y preguntó en voz casi inaudible: 
__¿Estás así por Draco?
Ella apartó la mirada bruscamente porque de  sus ojos empezaban a fluir las lágrimas. Se quedó con los hombros abatidos. Sin querer, soltó sollozos entristecidos. Dragon había dado en el clavo.
__Siento que me veas así. Se supone que debemos ser fuertes, pero... 
Dragon la abrazó con fuerza y Elisée se sintió avergonzada, no quería molestarlo. 
__Cuéntamelo Eli.
Ella le comentó sus miedos, la situación por la que estaba pasando.
__Bueno... quizá sólo necesite un poco de tiempo. No creo que te esté engañando con otra, te quiere muchísimo. 
__Gracias, Dragon. Es posible que me sirva de consuelo decirte que te quiero mucho. 
Por fin tuvo valor para levantarse e irse a su cuarto. Era tanto el cariño que se profesaban...


Era de noche y Kuni dormía, pero en medio de su sueño, sintió como si fuera elevada sobre su cama, sostenida por una fuerza indefinible  y movida hacia el aire frío. Su fino vestido a modo de camisón mostraba las curvas de su cuerpo. Su cabeza caía hacia atrás, descubriendo un cuello pálido y delicado, su cabello flotaba, su mano colgaba a un lado, mientras que sus piernas estaban expuestas al frío nocturno. Unos labios gélidos se aproximaban a su piel, la cuál era recorrida con sumo cuidado y lentitud. Era una sensación que le era placentera, para tratarse de un mero sueño. Despertó un poco atolondrada sobre sus sábanas revueltas, cubiertas levemente por su sudor. Se fue al baño y al mirarse en el espejo se dio cuenta de que tenía una pequeña marca rosácea en un lateral del cuello. Lo que le vino primero a la cabeza fue que un mosquito la había picado. 
Quedaban apenas dos días para terminar el mes de abril. Llegaron dos alumnos con retraso a la primera clase, pero Siliska era bastante compasiva en este punto, lo que al resto de profesores no les hacía mucha gracia. Estaba explicando cómo era Lunarett el año que los dragones murieron, pues para ellos la vida sin la diosa no era la misma. Marina miraba al horizonte mientras jugaba con las puntas de su cabello. Estaba tan acostumbrada a que los chicos fueran detrás de ella que el rechazo de Luis le había sentado fatal. Al principio Kuni se rió un poco de la ironía de la situación, pero le acabó dando pena. La maestra le formuló una pregunta a la despistada, y como era de esperar, no obtuvo respuesta.  
__Señorita Turonni, por enésima vez, está usted distraída.
__¿Qué...? yo...yo..._balbuceó realmente avergonzada_. Lo siento, es que me he perdido.
__Ya veo. Tiene un punto negativo por falta de atención en clase. 
La maestra prosiguió con la clase.
__¿Alguien podría decir por qué los dragones eran sagrados?
Kuni tenía la respuesta en la punta de la lengua, pero Dylon se le adelantó.
__Porque la diosa Kia los creó a partir de su propio fuego, eran su creación más preciada; eran temidos como criaturas magistrales y posiblemente peligrosas y  los respetaban también por temor a encender la cólera de Kia. 
__Muy bien. Eran seres protegidos por Kia. Sin embargo, no soportaron la pérdida de su creadora y poco a poco fueron muriendo.  


Aunque Kuni había intentado disimular la extraña marca del cuello, su amigo se había dado cuenta y por desgracia, lo malinterpretó completamente. 
__Kuni, ¿qué es eso que tienes en el cuello?
__Mmm...¡ahh, esto! Bahh, una picadura de mosquito.
__Vaya, pues cualquiera diría que se parece a  un "chupetón".
__¿Qué dices?¿Cómo va a ser...?
__Entonces, ¿por qué te pones nerviosa?
__Es que no sé qué es exactamente.
__Ya...pues cuando lo sepas me lo dices_dijo alejándose.
__¡Dylon! <<Lo que me faltaba, que se pusiera celoso.>>


Estuvieron el resto de la mañana sin dirigirse la palabra. Dylon apartaba la mirada y ella, por su parte, intentaba concentrarse únicamente en la lección.
<<¿Por qué se pone así conmigo?>>
<<Tiene novio y no me ha dicho nada.>>
El orgullo les impedía pedir perdón, por muy heridos que se sintieran. Sonó el timbre, como si de una liberación se tratase, y Dylon se fue corriendo, mientras que ella se teletransportó a su habitación. Tenía ganas de llorar tanto de tristeza como de impotencia por haber dejado que las cosas se le fueran así de las manos. El resto de la semana básicamente transcurrió igual. Como era domingo le dijo a su padre que pasaría el día fuera (él ya sabía a dónde le gustaba ir) y se llevó una mochila con la comida y demás. Se sentó en su lugar preferido para estar sola, pero tuvo que coger el paraguas rápidamente para no mojarse con las gotas de lluvia que empezaban a caer.  Se tuvo que subir al árbol porque la tierra ya empezaba a estar incómodamente húmeda. Se estaba acomodando en una rama gruesa cuando sintió que se le erizaba el vello de la nuca. Si no fuera porque se había dado la vuelta habría pensado que era un producto de su imaginación. 
Allí estaba, empapado, con las puntas de su flequillo goteando sobre los ojos, mirándola sin apenas pestañear. Creía que se iba a quedar sin respiración cuando él avanzaba hacia ella. De un salto, bajó del árbol. 
__Volvemos a vernos_.dijo, nada molesto por la lluvia persistente.
__No llevas nada para resguardarte, te vas a resfriar.
__Tú también_. se limitó a contestar. 
Vaya, ni se había percatado de que al bajar se le había caído el paraguas. Estaba ya bastante ocupada embelesándose con la vista de sus músculos bajo la camisa de manga corta siendo moldeados por el agua. Kuni llevaba una camiseta blanca que dejaba entrever la forma de su sujetador. Si hubiera estado más pendiente de su propia ropa se habría sentido  muy avergonzada. De todos modos, no podía creer que estuviera con él a solas. Él enarcó una ceja, mostrando interés,  ya que la miraba lentamente de arriba a abajo, sin querer perder detalle. Hizo que se sonrojara y se tapara un poco con los brazos. Todavía, recordó, tenía la duda sobre la identidad de Ilion. 
__Oye, ¿por qué me dijiste la otra vez que estoy metida hasta el cuello?
__Porque es la verdad, Kuni.
<<¿Cómo sabe mi nombre?>> Su sentido se alertó.
__¿Cómo sabes quién soy? ¿Qué significaba eso?
__Que haces muchas preguntas_.respondió un poco cortante, con ojos como témpanos._Sé que entraste en mi casa sin permiso. ¿Qué buscabas, si puede saberse?
__¡N-nada!_dijo automáticamente_¡Da igual eso! Lo que importa es quién eres tú en realidad. ¿Qué sois vosotros, sicarios o algo por el estilo? 
__Vaya, eso me da a entender que bajaste al sótano y viste cosas que no debías.
__¡¿Qué importa eso?!Debería haber llamado a la policía cuando lo vi. Es más, debería hacerlo ahora mismo.
__Me temo que no te lo puedo permitir.
La agarró por las muñecas con una mano y con la otra le hizo subir la barbilla mientras la apoyaba en el árbol. La obligaba a mirar a sus ojos hipnóticos, y por mucho que se quisiera zafar de él en ese momento le era imposible.
__Da igual lo que creas saber. No sabes lo realmente importante.
__Suéltame y ríndete o mátame, pero no juegues conmigo. No soy una cobarde.
__Yo tampoco lo soy. Sé lo que eres.
Sus palabras la dejaron a cuadros. No, no podía saber que ella era una Lightness, era imposible, se dijo. Acercó su rostro al de ella y separó levemente los labios, de la que asomaban unos dientes perfectamente blancos. El agua le caía por todas partes y bañaba sus hermosos rasgos faciales. Ilion le soltó las manos pero se quedó quieta cuando le acarició el cuello con los labios gélidos en la zona de su marca rosácea. Recordó el sueño y pensó que no podía ser coincidencia, dado que tenía las mismas sensaciones en el cuerpo. Se sentía contrariada, ese chico despertaba en ella tanto el recelo como la seguridad, tanto el odio como el deseo. Casi no pudo evitar que sus brazos rodearan su cuello y cerró los ojos. La lluvia los envolvía con su manto sombrío, el cielo oscurecía por momentos. Ilion se contuvo y recobró la respiración. Kuni se separó entonces de él, confusa. 
__Sin importar lo que descubras siempre vendrás a mí, ¿verdad?
__Yo...no debería estar haciendo esto. Es posible que seas un asesino... 
__Un asesino sin escrúpulos, que no recuerda haber llorado nunca. Ilion significa "el que no llora".
Le regaló una media sonrisa y se marchó, confundiéndose con la niebla que se empezaba a formar. 
Recogió sus cosas y se llevó la mano al corazón, que latía con desenfreno. Se duchó con agua caliente y se fue a dormir, rezando para no refriarse.
Al día siguiente, en clase de la señora Pont hicieron pócimas amorosas en forma de perfume, rociaron un par de ratones que tenían en el laboratorio y en cuestión de segundos macho y hembra se acariciaban el hocico. Kuni miró a Dylon de reojo y éste desvió la mirada. Esta semana se dedicaba a tratar temas de romanticismo, pasiones amorosas, etc. Resultaba que el viernes 8 de mayo se celebraba El día de los Pétalos de Sangre, llamado así por el color rojo intenso de las rosas que  los amantes se regalaban este día , en culto a las rosas que Kai regalaba a Kia este día. También era una manera de confesar amor a la otra persona. En la escuela era tradición colgar  un buzón en la puerta de cada aula por la parte de fuera. Kuni todos los años recibía una carta de Dylon y él de ella para decirse mutuamente lo buenos amigos y lo especiales que eran. Como prefería ser mordida por un murciélago antes que dejar que su amistad con él se fuera al traste, le escribió una carta. Le contaba que quería hacer las paces con él, le recordó lo bien que lo había pasado a su lado durante el baile...
Al día siguiente cuando intentaba acercarse a él siempre estaba hablando con alguien y ella no era del tipo de persona que interrumpiera las conversaciones. Acabó tirando la toalla. Dylon no quería verla mal, aunque reconocía que también se había sentido dolido, y pensó que ni siquiera la había dejado explicarse. Se sintió el ser más rastrero del mundo. Al terminar el sonido del timbre, ella ya se había ido. 
Llegó el esperado día. Las chicas enloquecían  de felicidad y los chicos se ponían nerviosos. Dejaron libre la tercera hora de clase para que los alumnos pudieran mirar en el buzón, aunque las cartas las repartía el profesor Black "para no atolondrar al personal", decía él. Todos estaban sentados, algunos temerosos de recibir carta o no, y otros que simplemente pasaban del tema. Marina batía de nuevo el récord con 20 cartas. Dylon se sorprendió cuando sobre su escritorio el profesor depositó la carta de Kuni. Ésta se alivió bastante al recibir la de él. Luis recibió una carta de Marina y tres más. Interesara o no este día, al final todo el mundo se animaba. Cuando el profesor hubo terminado de repartirlas todas, gritaron al unísono:¡Feliz día de los Pétalos de Sangre! Kuni no podía esperar para desvelar el contenido de esa  bendita carta. Dylon le pedía disculpas, la elogiaba, le recordaba a su vez la noche del baile. Además, también había dejado un pequeño tallo con una rosa  roja. Cuando la hora estaba terminando y todo el mundo iba a su bola, Kuni se levantó para ir a abrazar a su amigo, que le volvió a pedir perdón por habérselo tomado tan a la ligera. 
__Lo que importa es que seguimos siendo amigos_. dijo mirándolo con ojos brillantes. 
Ella le dio un beso en la mejilla y él se sonrojó por tantas emociones repentinas.
Después de comer subió a  la torre, donde estaba su habitación  y vio la ventana que daba al mar estaba abierta. Encontró algo encima del escritorio. ¡Una carta y una rosa roja! Era un sobre negro en el que no había nada escrito. Tras poner las rosas en agua, sacó la carta. No podía ser,¿un admirador secreto? En la parte superior del papel estaban escritas las iniciales I . L . No hacía falta ser una lumbrera para saber que era Ilion Lune. Con preciosa caligrafía estaba escrito un poema y una canción que él mismo había compuesto. Le contaba también que sus hermanos, junto con él, formaban un grupo de rock que solía tocar en el pabellón Artes Marte. Quería creer todo lo que le decía. Su carta le encantó, nunca había recibido ninguna que no fuese de Dylon y menos de alguien que supuestamente estaba colado por ella. Decidió darle el beneficio de la duda al chico que hacía que su corazón enloqueciera. 


Nocturna tocó a la puerta con los nudillos y desde dentro se oía la voz aterciopelada de Elisée, que le decía que podía entrar. 
__Richard y los demás han terminado su castigo,¿verdad? 
__Sí, tienen alguna quemadura y están un poco desnutridos, pero se lo merecen. 
Elisée incluso sintió lástima por ellos. Nocturna se sentó en la cama con ella. 
__Sé que Draco y tú estáis pasando por una pequeña crisis. Últimamente sólo piensa en él mismo. Puede que solamente necesite un poco de soledad  o... puede que ya no te quiera.
Nocturna esbozó una sonrisa cruel al ver que sus palabras la herían profundamente.
__Si no, ¿por qué sale siempre de noche él solo? Me atrevería a decir que se mete en locales de copas y buena música a buscar compañía. Pero no sufras por eso, seguro que Dragon está loco por ti. Deberías devolverle la pelota a Draco.
Elisée siempre había tenido mal de amores hasta que conoció a Draco, a quien amaba por encima de todo.
__Pero yo sólo tengo ojos para Draco, que es mi novio.
__Ya te digo yo que si quieres sentirte mejor, deberías vengarte. Además, Dragon es mucho mejor.
Salió del cuarto con ojos calculadores y rió para sus adentros. La  luna se alzaba sobre las montañas y Draco aún no había vuelto. Pensó que quizá debía rendirse ante los hechos y aceptar que posiblemente Nocturna tuviera razón. Salió al balcón y encontró a Dragon apoyado en la balaustrada, mirando el cielo estrellado. Se quedó parada detrás de él, indecisa y confusa. ¿Y si Nocturna estaba mintiendo? La verdad era que no tenía pruebas ni para pensar una cosa ni la otra, pero, aún así...
Se puso a su lado y éste se volvió hacia ella con una sonrisa a modo de saludo.
__¿Estás mejor? ¿Has hablado con él?
__No, y no estoy segura de lo que debería hacer. Pensé en lo que dijiste, aunque ahora ya no sé si quedan esperanzas. Creo que podría darte a ti una oportunidad, si te gusto.
__Esto...¿realmente quieres eso? Todavía le quieres, estoy seguro.
No quería utilizar a Dragon, eran amigos. Sin embargo, una parte de su corazón le decía que podría funcionar si tuviera una relación con él. De todos modos, le daba miedo que tarde o temprano se enfrentaran a la "maldición de la Lightnes". Lo miró con ojos suplicantes y lo rodeó con los brazos. Por ella estaba dispuesto a hacer lo que hiciera falta y la abrazó también. Se miraron a los ojos azules   y ella se atrevió a besarle. Después, el joven la besó con más intensidad y le acarició el cabello castaño oscuro. Sólo quería abandonarse al momento y entregar una parte de sí, la que reservaba para el amor. Nada merecía ya la pena para ella, era como un modo de morir en paz. Dragon la llevó a su habitación. Como ella ya no sabía muy bien cómo actuar, él tomó la iniciativa. Hizo que se tumbara en la cama y se tendió sobre ella. La culpabilidad la recorría, al igual que el deseo que empezaba a generar sobre él. Dragon llevaba cuidado para no ser indiscreto, le acarició el flequillo y vio que dos lágrimas se resbalaban por sus mejillas. Se quitó de encima rápidamente, pidiendo disculpas, y se sentó en la cama. Ella dijo que no era su culpa y apoyó la cabeza en su pecho, entrelazando las manos alrededor de su cintura. Se sentían más unidos que nunca por lo que habían compartido. Ella le dedicó una encantadora sonrisa y se puso de nuevo su ropa, después de darle un beso cariñoso. Con la puerta cerrada con pestillo, nadie los molestaría y se quedaron acostados en la cama, el uno junto al otro, hasta que los primeros rayos de la mañana se filtraron por la ventana entreabierta. Cada uno, con sus respectivos pensamientos, estrechaban entre las manos sus colgantes de plata. Elisée se despidió y salió de la habitación antes de que llegara alguien de la familia. En cantidad de líos se meterían si los encontraban juntos. Bajó al salón, se sentó en el sofá y esperó a que llegara Nocturna. Se dio la vuelta y la saludó como normalmente hacía, y Nocturna se la quedó mirando, inquisitiva. Elisée no soportó su poderosa magia y acabó bajando la vista, haciendo que la otra comprobara lo que quería saber. 
Se quedó helada del susto cuando se percató de que había alguien más; Draco estaba detrás de Nocturna y su rostro mostraba que sabía lo ocurrido. Nocturna ya se había encargado de contarle todo a Draco, cuya cara palidecía de dolor e incredulidad. <<Nocturna únicamente me dijo que ella le había contado que se sentía mal y necesitaba tener tiempo para ella, pero nunca me imaginé...>> Nocturna posó sus ojos sobre  ella con altanería y con una mueca de victoria en los labios. Ahora era Draco el que miraba para otro lado. Elisée no pudo soportarlo más y salió corriendo de la casa, reprochándose a sí misma haberse dejado manipular por la mayor bruja que había conocido jamás. Le dolía más aún haberle hecho daño al chico al que amaba. Nocturna no pudo menos que soltar una carcajada cuando se alejó del resto, pues ambos enamorados habían caído en su trampa. Dragon salió en busca de la muchacha, pero no la encontró por ninguna parte. Tanto él como Draco tantearon la posibilidad de que toda la culpa fuera de Nocturna al meterles ideas equivocadas, enredarlo todo. De todos modos, el novio engañado reconocía su parte de culpa por haber creído a la dama oscura antes de hablar con su novia y haberle sido infiel. Ahora sabía que debía buscarla para explicarle todo, para pedirle perdón y perdonarla. No amaba a nadie más que ni fuese ella, después de tantos años juntos. Desde luego no estaba dispuesto a perderla por ese malentendido. 









miércoles, 23 de noviembre de 2011

Cap. 4

Cuando Kuni volvió en sí ya había amanecido. Al abrir los ojos la luz del sol la reconfortó profundamente. Pestañeó varias veces, escuchando las voces que sentía desde algún rincón de su cabeza, golpeando sus oídos como martillos. Se dio cuenta de que aún se encontraba en la Plaza. Intentó incorporarse del banco de mármol, pero se mareaba. Por mucho que quisiera, no lograba recordar lo que había ocurrido la noche del baile. Su memoria no llegaba a más a partir de la despedida de Dylon. Unas chicas la habían zarandeado, preocupadas, pero al ver que recuperaba la consciencia se relajaron un poco.
__Oye, estabas tirada en el suelo, desmayada. ¿Te encuentras bien? ¿Recuerdas que ocurrió?
__Mmm...Sí...estoy bien, creo, pero no estoy segura de lo que pasó ayer.
__¿Necesitas que te llevemos al hospital, a tu casa...?
__No, pero gracias de todos modos. Mi casa está cerca, podré ir andando.

Las tres chicas que la habían socorrido se miraron incrédulas, así que se ofrecieron a acompañarla. La ayudaron a levantarse incorporándola cuidadosamente ya que tenían la impresión de que la cabeza le daba vueltas a pesar de lo que dijera.
Por el camino, le comentaron que ellas también habían estado en el baile y vieron cómo unos  jóvenes se llevaban consigo al chico que yacía junto a ella, exánime.
Cuando llegaron, Kuni educadamente les volvió a dar las gracias. Tonelius, al verla entrar, lo primero que hizo fue abrazarla y después la reprendió por haberse tirado prácticamente toda la noche de juerga, sin ni siquiera llamar por teléfono para asegurarse de que estaba bien. Sin duda, había estado muy preocupado.
Ella le explicó que se había desmayado sin razón aparente y no  había recobrado el conocimiento hasta minutos antes de llegar a casa. Sin embargo, dijo también, había sido una noche inolvidable porque había bailado con su mejor amigo. Su padre le alborotó el pelo diciendo: "ayyy...no tienes remedio, brujita". Ella sonrió por el comentario.
Cuando entró en la cocina para prepararse un vaso de café con leche, Anita la saludó y la abrazó con sumo cariño.
__Ayyyy, Kuni. Qué bien que estés bien. Nos dimos un buen susto cuando vimos que  no volvías y no respondías al móbil.
__Tranquila, mujer. Únicamente me dio un mareo de buenas a primeras.
Estuvo recordando lo bien que lo había pasado con su mejor amigo. No es que tuviera mucha idea de bailar, pero estar con Dylon  la había salvado de ser un desastre total.  Suspiró sin darse cuenta al rememorar con algo de fluidez cómo él sostenía su mano y la hacía girar con suavidad.

Dragon estaba recostado en el diván aterciopelado que tenía en su habitación. Aún sentía pequeñas pero incesantes punzadas en la sien.
Nocturna, tal y como pudo percibir, entraba como una sombra y se detuvo frente a él, mirándolo con fijeza y cruzando los brazos en una  actitud que estaba lejos de ser relajada.
__¿Qué quieres?_preguntó ásperamente.
__La encontraste, ¿verdad? ¿Ya sabes quién es?
__No estoy seguro_respondió cansado_. Hoy el día está nublado.
Se quitó la mano de la frente y salió de allí, incapaz de sostener la mirada inquisitiva de Nocturna. Sabía con perfecta certeza que la torre Terelix se había construído con ayuda de la esencia de Kia, pero esta era una oportunidad para ir antes de que las nubes se retiraran. Ya era lunes, ya faltaba poco para que los estudiantes volvieran a su escuela, entonces sería más difícil buscar lo que anhelaba desesperadamente.

La mente de Kuni permanecía aún confusa pero de una vez por todas necesitaba averiguar su verdadera identidad, su pasado. Estaba decidida. Fue al despacho de su padre sin perder un minuto. Se llevó una decepción cuando escudriñó la estancia y vio que allí no había nadie. Se sintió, por un momento, frustrada.
Salió por la puerta principal y se adentró en el bosque. Lo recorrió hasta llegar a su final, donde había un acantilado. Se sentó en una de las múltiples, resbaladizas y rugosas rocas. Oyó de pronto unas risas que venían de lejos y se enderezó como un resorte. Procuró no perder el equilibrio para no perecer en una caída de más de siete metros. Las voces se aproximaban. Corrió bajo un árbol frondoso y se acurrucó entre sus  gruesas raíces, esperando ver fuese lo que fuese que estaba riendo. Como si se hubiesen puesto de acuerdo, las voces cesaron al unísono. Salió de su escondite y así ver si volvía a estar sola. Sin llegar a imaginarlo siquiera, saltaron desde las copas de los árboles cinco muchachos  que la rodearon y le cortaron el paso. Sonreían de una manera que le produjo de todo menos confianza. Estaba claro que iban a hacerle algo y ella no estaba dispuesta a quedarse a esperar. Tres de ellos tenían el pelo rubio y los otros dos,
casi negro. Podría decirse que le sonaba haberlos visto en alguna ocasión, pero no podría afirmarlo con seguridad porque no podia centrarse.  Quería irse de allí y que la dejaran en paz sin tener que emplear la fuerza, pero ellos no estaban por la labor.
__Mirad lo que se ha dejado caer por aquí._dijo uno de ellos.
__Sí, quién nos lo iba a decir.
 Kuni, a  pesar de las advertencias tuvo que recurrir a los hechizos, como los de las bolas de fuego. Sin embargo, sus intentos no surtían efecto porque se movían a una rapidez vertiginosa. Todos eran altos, fuertes y tenían unos movimientos demasiado ágiles para tratarse de chicos normales. Un chico rubio con las puntas del pelo hacia arriba la retuvo por el brazo y la mantuvo acorralada contra el  árbol más cercano. Su mano, de una fuerza férrea, estaba tan endiabladamente congelada. Tembló de miedo y de frío también. No le salía voz ni para pedir auxilio.  
El chico parecía muy seguro de sí mismo y satisfecho con lo que hacía, le lamió el cuello, cada vez más extasiado. Cuando ya no tenía esperanzas de que pudiera salvarse de fuese lo que fuese que le pretendían hacer, una potente voz tronó: "BASTA". El portador de esa voz salió de detrás de un árbol como si se tratara de una sombra. Con los ojos empañados, Kuni pudo ver que se trataba ni más ni menos que de Ilion, quien miraba mortíferamente a los atacantes. Avanzó hacia ellos con paso sereno pero crucial. El tipo que retenía a Kuni la soltó de pronto, dejándola caer de rodillas. 
_Dragon, nos chafas la fiesta._dijo uno de ellos. 
_Dejadla en paz si no queréis que os mate aquí mismo.

Intentaron rebelarse ante esto pero Ilion sacó del interior de su chaqueta una pistola plateada de calibre 50 y apuntó sin perder el pulso. Sin otra opción que largarse de allí, los cinco se marcharon jurando vengarse de él: "Esto no quedará así", parecían pensar. Kuni miró a su alrededor y se asustó de nuevo al encontrar la misma mirada en los ojos de Ilion. Se incorporó y su cabello rosa flotó en el viento fresco. Quiso darle las gracias, pero él, anticipándose a sus movimientos, la volvió a acorralar, aunque esta vez de manera diferente. La miraba como si estuviera conteniendo algún tipo de  sentimiento y le recorrió el cuello hacia abajo mientras pronunciaba estas palabras tras un largo suspiro: "Estás metida hasta el cuello". Kuni frunció el ceño sin comprender el significado de esto. Ilion se separó de ella y se marchó por dónde quizá había aparecido, pensando: " No me cabe duda".
Kuni creía que su corazón se le iba a salir del pecho de lo fuerte que latía. Definitivamente ese chico la dejaba sin respiración. Al menos Ilion no parecía enfadado con ella, todo lo contrario, cuando menos esperaba encontrarlo aparecía él y la defendía. Corriendo hacia la escuela se cruzó con Dylon y se sintió más reconfortada. Se apresuró a abrazarlo pronunciando su nombre a gritos de alegría. 
_Vaya, Kuni, qué feliz te veo. 
_Claro porque te he visto.
_Oye, me contaron que te desmayaste en el baile. 
_Ahh...tranquilo, sólo fue un mareo de nada.

Dylon continuaba preocupado de todos modos. Se despidieron y Kuni siguió dándole vueltas a la cabeza con lo ocurrido. <<Me pregunto de qué conocen esos tíos a Ilion.>>  Súbitamente recordó la ficha que Dylon le había dado sobre la familia nueva. Era posible que formasen parte de la misma extraña familia. A la mente de Kuni asomó una arriesgada idea: introducirse en la casa de los Lune para averiguar todo lo que pudiera de ellos. Bajo ningún concepto debía dejarse ver porque se exponía a armar un escándalo, que a su padre le diera un ataque...
Ya se había olvidado de todas las preguntas que quería hacerle a Tonelius.
Cuando ya todos estaban durmiendo en Tereli, se preparó para teletransportarse a la calle de Ilion. Comprobó que efectivamente no había nadie alrededor. Se hizo invisible y recorrió habitación por habitación. La decoración del interior de la casa era muy elegante pero aún así seguía pareciendo fría,  carente de vida. En toda la casa sólo encontró un espejo. De momento no había encontrado nada más fuera de lo normal. Encontró una puerta con una media luna pintada. Se atrevió a abrirla y bajar al sótano por una escalera férrea algo oxidada. Tras un pequeño pasillo tuvo que abrir otra puerta, de color negro, con un crujido peliagudo. 
Como todo estaba muy oscuro tuvo que invocar a una chispa de luz, lo que no creía era que hubieran decenas de murciélagos colgados del techo, que con esa luz repentina revoloteaban nerviosos.  En el otro extremo había un pequeño altar lleno de siniestros artilugios, incluso en la pared un esqueleto encadenado... ¡Por Kia! ¿Qué clase de cosas harían aquí? Parecía como si se oficiaran todo tipo de ritos satánicos, como cuando se veían las sectas de las películas sacricando animales y demás. En la larga mesa descansaba un viejo y grueso libro; lo abrió pero no fue capaz de descifrar su contenido, pues estaba escrito en una lengua muy arcaica, pero estaba claro que era de hechicería.   Encontró una carpeta roja muy desgastada que guardaba fichas personales con foto incluida. Sólo había chicas más o menos de su edad.  En todas se resaltaba con tinta roja en la parte superior: ELIMINADA. Les dio la vuelta a las páginas y casi dejó escapar un grito cuando vio escrito en cada hoja: "se encargará Draco", en otra " se encargará Richard", etc. ¿ Y si todos usaban una tapadera? pero para tapar ¿qué?  Nada parecía tener sentido. ¿ Y si se trataba de una banda de asesinos en serie? Retrocedió con las piernas temblorosas y escapó de ese lugar con malas energías. En la casa no tenían un solo álbum de fotos. Entró en una habitación y reconoció la ropa de Ilion tirada en la cama; esa tenía que ser su habitación. Con más curiosidad que temor entró y vio en su mesilla de noche una máscara plateada. Fue un milagro que recordara por fin la noche del eclipse, cuando ese desconocido la sacó a bailar y... ¡ usaba esa misma máscara! Pensó entonces que la leyenda era cierta, que la esencia de Kia poseía el cuerpo de una joven. Supuso también que entonces Kai debería haber poseído el cuerpo de Ilion. <<¡Por eso tenía el  vago recuerdo de un beso!>> Después ya no recordaba nada más debido al demayo. Pero lo que no entendía era por qué, habiendo tantos jóvenes esa noche, tuvieron que ser Ilion y ella. No podía tratarse de una casualidad. Se marchó de la casa, nerviosa por si volvían sus propietarios. 
Ya era de día y no había podido dormir apenas durante la noche. Cuando encendió la radio escuchó que en el monte Ralleck se había producido un asesinato durante la noche, unos caminantes habían descubierto a una chica desangrada de 25 a 30 años. Había una marca en su cuello, señales de forcejeo y  violación. Su intuición se disparó y los primeros sospechosos que se le ocurrió fueron los Lune. Su respiración se tornó agitada; no estaba segura pero cabía la posibilidad de que a esa mujer la hubieran matado vampiros. A pesar de que la gente los consideraba como una mera leyenda, Kuni creía que éstas suelen tener una base de realidad.  Corrió hacia la biblioteca y buscó algo referente a estos sujetos en la sección oscura. Afortunadamente, encontró un tomo escrito en el año 1710 por Laira Velandia: "Los hijos de Kai". Sopló la fina capa de polvo que lo cubría y se lo llevó consigo.  
El libro comenzaba de la siguiente manera:
>> El miedo es una de las fuerzas más poderosas que mueve a las personas a actuar de manera correcta o de la forma más rastrera existente. La mítica figura del vampiro ocupa un lugar central en las leyendas de Lunarett. Se dice que, al igual que su ancestral creador, el dios Kai, se alimentan de sangre humana y son incapaces de tomar alimentos humanos, pierden su alma al ser convertidos, no proyectan sombras en el suelo; desprecian los olores fuertes, como los de las flores silvestres; son muy fuertes y rápidos, pero se debilitan bajo la luz del sol, poseen largos y afilados caninos, su piel es muy pálida y fría, algunos tienen poder sobre criaturas nocturnas y pueden transformarse en grandes murciélagos, pueden confundirse con la niebla, los que recibieron el veneno directamente del murciélago portador pueden ser capaces de convertir a otros humanos en vampiros. Difieren en que una vez fueron mortales hijos de Kia y luego permanecen en un estado de no-muertos.
Los vampiros además son seres con gran sexualidad: primero suelen seducir a la víctima y después se alimentan de ella. Los colmillos les permiten abarcar con la boca la superficie lacerada, facilitándoles la succión de la sangre sin tener que apartar los labios. Personas normales que repudiarían esta fantasía, desconocen el placer del llamado "beso del vampiro". El momento es una mezcla de temor a la muerte y una excitación que apenas se puede contener. A la víctima sólo le queda entregarse totalmente a este ladrón de vida, no hay resistencia posible. << 
A Kuni se le hizo un nudo en el estómago; con todas estas referencias, ¿quién estaba a salvo de un vampiro? No estaba segura de si contar todas sus dudas a la policía o por el contrario, preguntarle a Ilion.


Nocturna estaba sentada en el sofá del salón, bastante irritada; había hecho llamar a Richard, Leo, Jeremi, Chris y Robert: el grupito de los cinco rebeldes. Entraron de uno en uno, temiendo una reprimenda como si fueran niños de cinco años. Se colocaron alrededor de ella y esperaron a que empezase a hablar. Se levantó y les dirigió una mirada fulminante, colérica y a la vez calculadora. 
__Nosotros no somos de los que van dejando pistas por ahí. Se ha aireado mucho la noticia de la chica del bosque  y supuse que vosotros teníais algo que ver. Sois tan temperamentales..._dijo casi con asco.
__Reconozco que yo los incité, pero no pensé que se nos fuera tanto de las manos como para olvidar "ese detalle"_respondió Richard, que actuaba como portavoz del grupo.
__Espero que no hubiese testigos. Sin embargo, eso no quita que ahora no dejen de investigar el caso.
__Lo lamentamos mucho, nos merecemos cualquier castigo que nos impongas.


Dicho esto, echó a andar para que la siguieran hasta su habitación. Abrió su armario ropero, que escondía un pasadizo. Estaba oscuro, olía a una mezcla entre putrefacción y humedad. Llegaron a una pequeña estancia vacía con alguna que otra telaraña. Pretendía encerrarlos allí una semana. Apenas había aire, que aún así estaba impregnado de un cierto olor a hierba mojada. Había en un extremo una pequeña ventana por la que entraban los rayos solares  todas las mañanas. Los encadenó a la fría pared por las muñecas, diciendo: "Espero que aprendáis  la lección de una vez." 
Era miércoles por la tarde y Kuni se encontraba muy aburrida. Echaba de menos a Dylon...muchísimo. Sospechaba en lo más hondo de su corazón que ardería si no lo veía pronto. Cogió su ordenador portátil y lo encendió para ver si su amigo le había dejado algún correo electrónico, pero no fue así. 
Se conectó a Internet como les había explicado el profesor a través de un hechizo y estuvo hablando un poco con unos compañeros de clase. Utilizaban un programa de la página web de la escuela llamado "Columbae". Estuvo un rato esperando hasta que en una esquina de la pantalla apareció un dibujito de un sol diciendo que Dylon ya estaba conectado. Se despidió de los demás y habló únicamente con él. Charlaron de las noticias del asesinato, de lo que hacían durante las fiestas, de lo despacio que pasaba el tiempo... Entre ellos nunca se ocultaban nada, y como no quería sentirse culpable le contó las dudas que tenía sobre los Lune. Pensó que la tomaría por una entrometida o por una loca pero ¡se ofreció a ayudarla con lo que quisiera! Sin saber muy bien por qué recordó cuando tenían ambos trece años y jugaban a tirarse agua en el río durante el verano. Se empaparon y tuvieron que quitarse la ropa  para que se secara, pero sin que volverse en ningún momento. Estaban apoyados el uno en la espalda del otro, algo incómodos. De pronto, ella le dijo para romper el silencio: "Dylon, nunca te separes de mí, por favor" , a lo que él respondió:" No podría aunque quisiera". Ella se emocionó, se volvió un poco hacia él y lo abrazó. Aayyy...esos benditos recuerdos que aún se alojaban en su memoria. Intentó bajar a la cocina sin que se le escapara una risita. Su esfuerzo fue en vano porque allí la pilló Anita, que se la quedó mirando, divertida. Cuando hubieron terminado de cenar su padre y ella, las limpiadoras, Misora y Nikera, se fueron a sus respectivos dormitorios. 
__Papá...ahora que estamos solos quería preguntarte..._no sabía cómo terminar la frase.
__¿El qué brujita?
__Pues...quiero saber mi origen, quiénes eran mis padres biológicos. Es que como siempre buscas excusas para no contármelo...
__Ahora ya es muy tarde para charlas, tienes que ir a dormir.
__No quiero. Venga, cuéntamelo sin escabullirte.
__¿De verdad lo quieres saber?
El modo en  que lo preguntó le hizo pensárselo dos veces, pero al final asintió.
__Está bien. Tarde o temprano lo tendrías que saber.


Empezó a relatar:>>Cuando tenías más o menos un año, llamó desesperadamente a la puerta de esta escuela una  mujer joven de cabello largo cobrizo y de fascinantes ojos fucsias. Decía que estábais en peligro porque  alguien iba tras vosotras: unos vampiros os seguían la pista desde hacía tiempo. Era una sacerdotisa del templo de Kia, me contó lo que le había sucedido cuando se quedó dormida una noche en el bosque de Ralleck. La diosa Kia se le había aparecido en sueños, diciendo que la había elegido para  que fuera quien trajera al mundo a su hija Lightness. Le dijo que te pusiera el nombre de Kuni, que significa "salvación", y que cuando fueras a cumplir un año te entregara a mí, pues esta escuela era segura para ti, aunque  él enemigo fuera astuto. La diosa le prometió que cuidaría de ti. 
Dicho esto, se le acercó un unicornio y, como según la antigua tradición, posó suavemente su cuerno sobre el vientre de Tiara_así se llamaba tu madre_. Me dijo que ni  estaba casada ni prometida y que se había tirado casi todo un año buscando refugio aquí y allá; no podía quedarse dos semanas seguidas en una misma casa puesto que los vampiros acudían allí con rapidez. Le sugerí muchas veces que permaneciera aquí también, pero se negaba porque no quería causar problemas, decía. La gran sacerdotisa la acogió de nuevo, después de dejarte aquí, pero meses después denunció su desaparición, para luego descubrir que había sido asesinada. Su cuerpo había sido arrojado al mar. 
<< Lo sentí mucho por ella, porque se notaba que te quería, aunque quizá en el fondo se sintió feliz porque pudo realizar su misión y dejarte a salvo. 
Corrió hacia la puerta y huyó hasta internarse en lo más profundo de Ralleck, llorando por haber perdido toda esperanza de conocer a sus padres biológicos; de pequeña se sentía mal pensando que sus padres la habían abandonado porque no la querían. Las ramas de  los árboles le arañaban los brazos y las lágrimas no le permitían ver bien el camino, pero sólo quería correr y correr, a donde fuera que hubiese una escapatoria.  Debería asimilar muchas duras verdades: su madre fue asesinada por vampiros, ella una hija de Kia, una ¡Lightness! <<¿Por qué me ocurre esto?>> Sin embargo, si meditaba bien los hechos, siempre tuvo  mayor habilidad con la magia que el resto, sentía una especie de nostalgia, si se le podía llamar así, cuando miraba el sol, se compenetraba muy bien con las energías a su alrededor. Según la leyenda, las hijas de Kia, al cumplir la mayoría de edad, se volvían inmortales, invulnerables, y debían encargarse de proteger a los humanos de sus enemigos ancestrales. Tenía que averiguar si había alguna Lightness más en Lunarett y si los vampiros andaban cerca. Era como si ahora tuviera que librar de nuevo la batalla de los dioses. Se sentó bajo el cobijo de un árbol y miró la luna creciente. Podía ser que ahora que conocía su identidad, su vida cambiaría pero para mal. Ya no vería las cosas del mismo modo, según ella. Ahora resultaba que era una semidiosa desde que nació; los humanos las veneraban y admiraban pero también las temían, pues se encontraban por encima de los magos más poderosos. La nariz se le había enrojecido por el llanto y aún tenía las manos un poco temblorosas. Ahora entendía por qué la diosa había poseído su cuerpo y no en el de otra chica cualquiera.  Sintió rabia al recordar a la chica del bosque, desangrada, y juró encontrar a los culpables y hacer justicia. Se acordó también de su querido amigo. ¿Qué pensaría de ella si le contara esto? ¿que estaba loca o simplemente la ignoraría hasta el resto de sus días? Si tenía la cabeza llena de preocupaciones en esos instantes, esta posibilidad la desconsolaba. Se sintió sola, como un mero instrumento para destruir a los hijos de Kai. Se decía que cada Lightness tenía designado un vampiro, o a la inversa. Pues bien, debía encontrarlo y descubrir dónde se escondía el resto antes de que acabasen con su vida. Le sobrevino el terror de la carga que habían echado sobre sus hombros. ¿Cómo debía actuar ahora? No quería que la tratasen con favoritismos ni que la mirasen como a un bicho raro, pero tampoco se hacía a la idea de hacerle daño a alguien, por muy vampiro que fuera. Ya emergía el sol de entre las montañas grisáceas. Esperó a que pasasen las horas dando un paseo descalza por la orilla del mar; le encantaba la brisa matutina con un leve olor a sal. Los primeros rayos del sol la acompañaban, sintiendo la calidez del cielo, que estaba despejado y parecía sonreírle cándidamente.