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Hola chicos, aunque voy a trabajar también con mi página web de www.elalmanegra.neositios.com voy a probar a publicar aquí los capítulos de mi historia. Gracias por visitar mi web.

QUE LA LUZ DE KIA OS ILUMINE Y LAS ALAS DE KAI OS GUARDEN :)

jueves, 8 de diciembre de 2011

Cap.6

Ya era lunes de nuevo, un cansado y monótono lunes. Estar con Dylon hacía que hasta el día más espantoso pareciera perfecto. A Kuni le gustaba contarle historias de miedo para alegrarle la mañana y él le contaba chistes inventados que resultaban ser bastante buenos. Parecía mentira que después de una semana sin dirigirse la palabra siquiera todo volviese a la normalidad. Se había estudiado un tema entero de Historia durante el fin de semana para las preguntas que haría la profesora el martes. Como era un examen oral, durante el recreo Kuni y Dylon se estuvieron haciendo preguntas para comprobar si en realidad se lo sabían. Kuni se solía quedar más en blanco que él y a pesar de que su amigo le chivaba de vez en cuando alguna respuesta, ella quería saberlo por sí misma. Los ejercicios orales la ponían nerviosa muchas veces. Matemáticas era cada vez más difícil de entender, por no hablar de la clase de Informática del joven profesor Shineri. Para Dylon, en cambio, ésta era su asignatura preferida. Se concentraban para poder teclear sin usar las manos, desarrollando la mayor capacidad posible de la mente. Después tuvieron clase de Gimnasia con el profesor Lumini; cuando les tocaba esta materia se iban al polideportivo, que quedaba cerca de la escuela. Jugaron al "riska", un juego en el que se tenían que vendar los ojos,  situarse en la portería y haciendo uso de sus poderes perceptivos, intentar interceptar el mayor número de balones posible. Cada compañero lanzaba un balón cuando le llegaba su turno.  
Primero le tocó a Eva, quien paró todos los goles. Después Luis paró cuatro goles y así sucesivamente. Kuni paró cinco de los cinco goles y el último balón le alcanzó en la cara, haciendo que le sangrara la nariz. Dylon la acompañó a la enfermería  que tenían en la primera planta, donde también trabajaba Anita, que era maga pero de un rango menor. La examinó un poco y le taponó la herida, dejándole la cabeza hacia atrás. Se quedaron allí hasta que terminó la hora. Todavía sentía la cara hinchada del dolor. 
__¿Estás mejor, Kuni? No tienes buena cara. 
__Bueno, gajes del oficio. Ya no me rebota el cerebro, je, je.
 Las demás clases se pasaron lentas para ella, parecían durar una eternidad. Se despidió de Dylon y salió del aula. Cuando la comida estuvo acabada, cogió su ración en una bandeja y se la llevó a su habitación. Tonelius casi le echaba la bronca con respecto al golpe: << Eres una Lightness, se supone que todo esto no debería ser superior a ti.>>, le recriminaba. Qué pesadas llegaban a ser las personas.
Escuchó la música en la radio y en uno de los anuncios publicitarios, volvieron a citar el caso del asesinato del bosque, diciendo que no había avances con la lista de sospechosos. Las marcas del cuello las podía haber hecho un animal, pero es que esas no eran las únicas pruebas. Se planteó resolver el crimen por su cuenta, esta vez no quería a Dylon de por medio. Ella ya sabía por quién empezar a interrogar. Terminó de comer y se puso a hacer algo urgente... estudiar. 
Al día siguiente se quedó dormida y llegó tarde a la primera clase. Había estado estudiando casi toda la noche, estaba muy cansada y ojerosa. Estaba claro que no había desayunado y la tripa le empezó a sonar. Después de terminar esa clase, Dylon le hizo un conjuro a su amiga para despejarle el sueño, repasaron el tema hasta que la profesora se asomó por la puerta. Fue nombrando uno por uno a los alumnos y puso falta a Marina y a Cedric. Kuni se sentía mejor gracias a la ayuda de Dylon, pero se dio cuenta de que él había establecido una red telepática entre ambos, por si necesitaba que le chivara alguna respuesta. Lo miró con el ceño fruncido y él se excusó con una sonrisa, encogiéndose de hombros. Cuando le tocó a Dylon, éste se mostró resuelto, poniéndose de pie mientras Siliska paseaba de aquí para allá, observando a todos. La maestra le lanzó una mirada furtiva a Kuni al llegar su turno, como para ponerla aún más nerviosa y empezó a preguntarle. Hizo que contestara seis preguntas del final del tema, lo que peor se le daba. Dylon la ayudó con dos de esas preguntas. Kuni se dejó caer en su silla con alivio al terminar y recobró un poco el aliento. Dylon ya había roto la conexión y le dijo "muy bien" en voz baja. Cuando nadie miraba ella se lo agradeció con un besito en la mejilla. En clase de Literatura fueron a la biblioteca, cogieron un libro y escribieron un comentario general. Kuni quería compensar a Dylon por todo lo que la ayudaba siempre y se le ocurrió hacerle una fiesta sorpresa para cuando fuera su cumpleaños, aunque fuera el 28 de mayo. 
Después de horas interminables de clases se desplomó en su cama y pensó en lo que haría con su futuro después de graduarse. Miró el sol radiante por la ventana y se levantó para apoyarse en ella. Siempre se quedaba ensimismada. 
<<Kuni...Kuni...Kuni>>, oía una voz no externamente sino dentro de algún rincón de su mente. 
<<¿Quién me llama con esta voz tan suave y cálida?>>
Miró fijamente el sol y sintió como si la recorriera de pies a cabeza una descarga eléctrica. En el astro se dibujaron unos rasgos faciales femeninos. Era la mismísima Kia, la de belleza cegadora.
<<Kuni, ya debes saber quién soy; he estado esperando tu despertar. Necesito que lleves a cabo una misión fundamental, puesto que los planes han cambiado. 
<<¿Una misión? ¿ A qué te refieres?>>
<<Kuni, los vampiros siempre han estado malditos, pero debes buscar algo aún más importante, algo que tanto Kai como yo no supimos ver en vida. 
<<¿Qué tengo que hacer?>>
<<Querida Lightness, en el mundo siempre existe una armonía, un orden en las cosas. Confío en ti.>>
<<Un momento, por favor, dime quién mató a mi madre.>>
<<Ohh...Tiara. Le tuve mucho cariño. La asesinó alguien que tiene la sangre muy fría, alguien cuyo nombre es sinónimo de la noche.>>
<<Mmm...nombre...noche...>>  <<Oh no...¡Es Nocturna!>>


Era viernes y ya tenían un examen después del recreo: comunicarse con ranas mentalmente y después con serpientes, para lograr convencerlos para que los alumnos les dejaran cambiar sus espíritus de cuerpo. Un arriesgado y complicado examen de la profesora Pont. En el laboratorio se posicionaron alrededor de las mesas de operación; cada uno tenía una rana y serpiente diferentes. Todos por orden de lista contactaban con el animal que les resultaba más fácil de persuadir, la rana. 
En una ocasión, el espíritu de una rana se introdujo momentáneamente en David, quien se puso a dar saltos sobre sus extremidades como lo haría el anfibio y  a croar. Sin embargo, aunque reinó la ansiedad durante unos minutos, la profesora supo poner el espíritu en su lugar gracias a su amplia experiencia. Unas diez personas suspendieron el experimento, Dylon obtuvo un 8 y Kuni un diez, sorprendida de sus dones de Lightness. Pont bajó a hablar con el director para pedirle la hora siguiente y hacer otro ejercicio, que se suponía que era el examen de la semana siguiente. La profesora los guió al interior de Ralleck, cuyo camino ya sabían la mayoría y donde solía quedar un poco de niebla de la mañana. Se sentaron formando un círculo rodeados de árboles y su agradable sombra. La prueba consistía en conseguir la atención de los murciélagos, y cuando éstos fuesen a atacarlos, los atrapaban en una gran jaula dorada. Se pincharon un poco con una aguja en la yema de un dedo para atraerlos con el olor de su  sangre. Se separaron, pues era individual,   alzaron las manos y las agitaron para impregnar aún más el aire. En cuestión de pocos segundos, desde la leve capa de niebla, se oyeron unos aleteos acercándose peligrosamente rápido. Hubo gritos ahogados por la impresión. Medio centenar de pequeños quirópteros negros revoloteaban sobre sus cabezas, sedientos de la vida de los jóvenes. Para evitar que se escaparan, la profesora hizo una barrera circular invisible en torno al bosque y fue ella la que empezó cogiendo dos murciélagos. Los estudiantes se dispersaron llevando una hoja de papel mágico ( si se escribía un número que no se correspondiera con la realidad, la tinta se borraba sola) con tinta "anti-mentiras" y un bolígrafo para anotar la cantidad animales que iban atrapando. Había un murciélago que destacaba del resto por ser de tamaño un poco mayor y más veloz. Kuni se fijó en él como su próxima presa. Con una descarga de brillante luz amarilla logró cogerlo y tenerlo entre las manos sin que el animal la mordiese. No sabía de qué sexo era, pero percibió que su mirada tenía un brillo especial, como si tuviera inteligencia propia, a través de unos ojos intensos de color azulado. El pequeño animal alado estaba quieto y la miraba a los ojos directamente. <<Estos ojos...no puede ser que los tenga azules>>, pensó Kuni. Acarició sus alas membranosas y el murciélago se estremeció bajo el tacto de los dedos. Le susurró al oído algo esperando que llegara a su comprensión:" Vete, vuela lejos antes de que te atrapen como al resto". El animal obedeció y alzó el vuelo. Se dispuso a coger otros, sin hacerles daño, porque el anterior le había transmitido una sensación extraña y especial. Consiguió dieciocho, que sobre su nota sería un 1,8 puntos. Se produjeron algunos mordiscos y algún que otro rasguño, pero nada grave afortunadamente. Recordó que el primero que había podido coger no la había atacado como los demás, que en comparación parecían seres irracionales. ¿Por qué se había comportado tan bien?
__Bueno, chicos, ya están todos guardados en la jaula. Ahora los dormiré y los soltaré en la cueva que suelen habitar. Luis y Carlos, encargáos de llevar la jaula al laboratorio. 
Al día siguiente, ya por la noche, Dylon cenó con sus padres y después quiso dar un paseo, pero más bien le apetecía ir hacia el aire fresco de Ralleck. Cuando llegó, con el alma expirada de haber corrido, se subió a una rama gruesa y arrancó unas hojas secas. Mientras las partía en trozos, divisó a lo lejos a una persona que paseaba sin rumbo fijo. La niebla parecía envolver a quien fuera que 
fuese. Hizo un hechizo para ampliar su vista y se dio cuenta de que era una mujer joven que llevaba consigo un lobo gris, tan sumiso que se diría que era un perro doméstico. 


Kuni estaba sola en la escuela porque Tonelius había salido a cenar con el resto de profesores. Anita y  el servicio de limpieza se iban a casa los fines de semana, si querían. Puso el CD de Luciérnaga en su equipo de música y estuvo tarareando sus canciones preferidas: You love my night  y The heartless  rose. Ya sonando las últimas estrofas se acercó a su ventana-la que daba al acantilado- abierta un murciélago. Era el murciélago negro de ojos brillantes. 
__Vaya, volvemos a vernos pequeño chupasangre_dijo Kuni a modo de saludo.
Lejos de producirle aversión, le provocó un sentimiento de alivio al ver que estaba sano y salvo. El animalillo por su parte revoloteó a su alrededor, feliz de ser reconocido. Kuni lo acogió en su mano, como si ya se hubiera establecido una pequeña y rara amistad entre ambos, y se asomó al alfeizar para recibir la refrescante brisa marina. 
__Menos mal...a ti no te llegaron a "torturar" para meterte en la dichosa jaula.
Dejó al murciélago en la repisa de la ventana para apagar el equipo de música; a su espalda se iba formando una espesa y oscura neblina, entrando como una exhalación. Se dio la vuelta lentamente y no dio crédito a lo que veían sus ojos rosas. Esa bruma empezó a tomar consistencia, tomando forma humanoide. El halo frío desapareció dejando frente a ella a su sueño y pesadilla. Se quedó paralizada por la impresión durante unos segundos. 
__Bonita noche, ¿no crees, Kuni?_dijo esbozando su tentadora sonrisa.
__¿Qué...tú...qué haces aquí?_consiguió decir.
__Kuni, tu rostro ha palidecido, ¿ es que no te alegras de verme?


Él parecía estar divirtiéndose, según creía ella, al ver  su cara de sorpresa y espanto. 
__Tú...tú...eras el murciélago que rescaté. 
Sólo llevaba una capa sobre los hombros y unos pantalones vaqueros que marcaban sus piernas. Sonrió de nuevo, dejando a la vista uno de sus blancos colmillos. Ella retrocedía y él se acercaba, bañando la estancia con su natural aliento frígido. 
__Pues yo sí que tenía ganas de verte, muchas ganas_Continuó él como si nada pasara. 
__¿Quién o qué eres tú? ¿Qué quieres de mí?_dijo, luchando por retener las lágrimas. 
__Si quieres me presento...Me llamo Ilion, o como me llaman los otros, Dragon. Sí, soy un vampiro desde hace cien años, y por supuesto mi "familia" también lo es. He estado esperándote mucho tiempo, además estoy dispuesto a dejarte con vida sólo por llevarle la contraria a Nocturna. Eso ya depende de ti. 
Sus dudas se despejaron al oír esto.
__Ahora lo entiendo: la ausencia de alimentos en la mansión,  de los espejos,  de las fotos, además está lo del sótano. Si Nocturna fue la que asesinó a mi madre, yo acabaré con ella_dijo a modo de amenaza. 
__Y yo no te lo impediría. Esa mujer hace más daño que buenas acciones. Podríamos aliarnos, tú y yo, contra ella. Sin embargo, los demás podrían ir a por ti.
__¡Cállate! ¡No sigas hablando! ¿Cómo podría fiarme de un ser despiadado como tú, un vampiro?
¡No tienes ni alma ni corazón! ¡No tienes sentimientos hacia nada ni hacia nadie, hijo  de Kai!


Por el rostro del joven cruzó una sombra tanto de desaprobación como de...¿dolor? Para él, su humanidad no había muerto del todo la noche en la que fue transformado en vampiro. Fue directo hacia ella.  
__Tú no tienes ni idea_gruñó enseñando los peligrosos colmillos.
Por instinto, Kuni se teletransportó al jardín para huir, pero él ya estaba allí siguiéndole los pasos. Corría queriendo escapar pero sabía que no tenía escapatoria. 
__¡Déjame ya! <<Maldita sea, tenías que resultar un vampiro al fin y al cabo.>>
La agarró por el pie y ambos rodaron por la hierba hasta que él se posicionó sobre ella. La apresó por las muñecas al suelo y el intento de Kuni de invocar una bola de fuego resultó fallido. 
__Kuni, ¿no lo ves? Estamos destinados a esto,  a ser para mí y yo para ti.
No negó que desde que lo vio hubo cierta química entre ellos, pero no podía darle valor ahora. Habían sido creados para matarse mutuamente, los vampiros no nacían para amar. Pero, ¿qué dijo Kia? algo sobre una armonía. ¿Y si fuese posible hallar sentimientos puros entre Lightness y vampiro? Una lágrima rodó por su mejilla, seguía desconfiando aunque Ilion no daba muestras de querer atacarla. 
__Tú y yo somos la mitad que le falta al otro. Vida y muerte, luz y oscuridad_prosiguió Ilion para hacerla comprender.
Sus ojos mostraban una fría determinación, su piel era fría y  blanca como el mármol de una estatua. Su rostro angelical...todo la atraía demasiado para resistirse. <<Todo da igual, caeré a sus pies.>> 
Ilion se levantó y la ayudó a incorporarse. Kuni se dejó llevar y cayó a sus brazos, temblando, pensando que resultaba injusto que no pudiera estar sin él. 
__Por si no lo sabías, fueron los cinco quienes mataron a la chica del bosque.
__Da igual. Si voy a morir te diré que me gustaste desde que te vi aquella vez. Ahora sé que no pude evitar interesarme por ti.
Ilion, que nunca parecía sorprenderse de nada, guardó silencio. Kuni tenía la cabeza apoyada en su pecho y se inquietaba de no sentir latido alguno. Se esforzaba por dejar de temblar, y el vampiro, pegado a ella, le rodeó la cintura con los brazos. Se quedaron así un rato, mirando el cielo estrellado y después sintió la mano de él que la hacía elevar la cabeza. 
__Tu sangre no es como la del resto de las humanas. Cada vez me sacia menos beber la sangre de otras. Confieso que sólo pensar en un hilo de sangre sobre tu fino cuello es algo que me excita. 
Se estremeció de los pies a la cabeza al oír esto. Aunque sabía que no la podría convertir, una parte de ella tenía miedo. 
__Si me descontrolara como mucho podría desangrarte, ya que no tienes aún la mayoría de edad. 
__Pero tú no me harás daño_dijo en actitud casi desafiante.
__No, eres mi maga de luz. Mira, hay algo que quiero darte en agradecimiento por iluminar mi triste y oscura existencia.
Se separó de ella y la luz cirenaica mostró algo brillante que pendía de su cuello:un colgante de dragón plateado. Se lo colocó a Kuni y ésta se sonrojó un poco. Ella musitó un "gracias" y sus ojos volvieron a empañarse pero por razones distintas. Sin previo aviso la tomó en brazos, lo que hizo que se pusiera nerviosa. Le rodeó el cuello con los brazos y ocurrió algo increíble. Sus pies se alejaron del suelo y cuando Kuni abrió los ojos, diez metros los separaban del suelo. Ahogó un grito de alarma.
__¿No sabías que algunos de nosotros podemos volar?_dijo extrañado y divertido al ver su expresión. 
La capa flotaba en el aire al igual que sus cabellos  rosas, que brillaban bajo la luz de la luna. Los ojos de Ilion eran aún más misteriosos. Eran como la reencarnación de Kia y Kai, dando un paseo por el cielo nocturno. Volaba alto precisamente para alejarse de miradas indiscretas. Kuni sentía un poco de vértigo y se volvió hacia su portador, quien la estaba mirando. 
__Me gustas mucho, Kuni.
No podía pensar en nada, su mente racional estaba muy lejos de allí en esos momentos. 
Sólo estaban ellos dos hasta que una bandada de murciélagos acudió a volar en torno a ellos haciendo una danza tranquila para los eternos amantes. Era imposible que él no escuchara los irrefrenables latidos de su corazón, pensaba ella. Ilion acercó sus labios a los de Kuni en una caricia tan reviviente como la primera vez. Al menos esta vez era consciente del momento y lo abrazó con fuerza, absorviendo cada segundo. Ella le acarició el pelo corto castaño mientras él recorría su espalda con la mano. Sus labios enrojecieron y recobró la respiración. Sabía que era arriesgado si no se controlaba, pero estaba tan extasiado... 
__Ilion, eres culpable de este sentimiento. 
Respiraba entrecortadamente, pero cada vez quería más de él, como si estuviera presa del beso de vampiro. 
__Kuni_pronunció su nombre en un susurro irresistible. Besó su cuello hasta llegar a la clavícula. 
Era como un sueño del que no quería despertar, pero no estaba preparada para lo que vendría a continuación. Le fue clavando lentamente los colmillos en el cuello y a Kuni, que echó el cuello hacia atrás, se le escapó un pequeño jadeo. Intentó no pensar en la sensación placentera que le transmitía. Aunque Ilion intentaba ser suave, ella podía escucharlo succionar su sangre. Su sabor y su olor lo enloquecían. Los brazos de Kuni colgaron a ambos lados de su cuerpo, estaba agotada a pesar de que él no había bebido mucho. Ilion se detuvo a regañadientes y le lamió la herida para que dejara de sangrar y cicatrizara. El vestido de Kuni quedó manchado con unas cuantas gotas de su propia sangre. Ilion tenía los dientes manchados del carmín líquido y se limpió la boca con el dorso de la mano. Quería más pero se esforzó para contentarse con eso. Cuando Kuni se recuperó un poco dijo:
__Ilion, no puedo volver así a casa. No sé si mi padre ha vuelto ya y mi vestido está...
Antes de que terminara la frase Ilion se quitó su capa para colocársela a ella sobre los hombros. Antes de que él se tomara la molestia de acompañarla le dio un rápido beso en la mejilla y se teletransportó a su habitación. Ilion había llegado antes otra vez.
__Normalmente los vampiros seríamos repelidos por la energía que protege la torre y nos impediría entrar.
__Quizá a ti sí se te permita pasar por el hecho de ser TÚ. Es la una y media de la madrugada, no creo que haya vuelto aún mi padre. 
Escuchó sonidos provenientes de la calle y supo que serían ellos.
__Vaya, ya está aquí. Tienes que irte.
Ilion le guiñó un ojo y se  alejó por la ventana convertido en murciélago. Kuni observó cómo se marchaba confundiéndose con las sombras. Se cambió rápidamente de ropa y se metió en la cama para  hacerse la dormida. En unos minutos su padre se  asomó por su puerta para ver si estaba durmiendo.


Por la mañana, Kuni se despertó un poco mareada por los acontecimientos vividos: la irrefutable identidad de Ilion, su pérdida de sangre... Había tenido un sueño que no se asemejaba en nada al resto: Kuni se hallaba abrazada a Ilion bajo un eclipse lunar, ambos rodeados por una cantidad considerable de murciélagos y una luz que la protegía desde su interior. Se levantó de la cama un poco atolondrada intentando no derrumbarse y se vistió. Cuando se miró en el espejo vio que la marca rosácea del cuello permanecía en el mismo lugar, muestra de que su recién descubierto vampiro había posado sus tenaces colmillos en su cuello. Bajó a la cocina  y encontró a su padre preparándose un café con leche y tostadas con confitura de miakto, una pequeña fruta azulada de sabor similar a la fresa.
__Buenos días, ¿qué tal has dormido?_preguntó él primero.
__De fábula.
__Me alegro. Yo lo pasé muy bien en la cena. Cenamos ensalada de marisco con lastónigos (los lastónigos eran parecidos a los cangrejos pero más grandes y de color púrpura intenso, un frecuente y caro recurso alimenticio en la alta cocina).
Su padre la besó en la frente rápidamente diciendo que iba a desayunar. Kuni reflexionó entonces sobre la noche anterior y supo que la atracción que sentía por Ilion era tan magnética como irrompible, aunque también que se arriesgaba a jugar a un juego peligroso. Ya era bastante temor imaginar que alguno del resto de los Lune descubría  la relación secreta. Salió al jardín, alzó los brazos hacia la madre sol y prometió alcanzar una paz duradera para que los mismos dioses pudiesen perdonarse por fin. La única madre, si se le podía llamar así, que le quedaba era la joven diosa Kia, que siempre la había protegido. 


Nocturna parecía cabreada hoy y su ira desgraciadamente la descargaría sobre Dragon.
__¿Dónde estuviste anoche?No nos ayudaste a dar ca... a buscar a Elisée.
__Que estuviera tratando un asunto personal no quiere  decir que no me preocupe por Eli. Además, si alguien tiene la culpa de esa tragedia eres tú. 
Entrecerró los ojos como si quisiera matarlo con su mirada. 
__En esta "familia" nadie tiene ningún asunto personal. Debo saber qué hacéis en cada momento, o ¿qué te crees? ¿que puedes campar a tus anchas por aquí sin rendirle cuentas a nadie de tus actos?_el joven no respondió ni tenía la intención_.A ver, ¿qué era eso tan importante que estabas haciendo?
__Digamos que tuve un encuentro con la Lightness, nada fuera de lo común. 
__¿Qué le hiciste? ¿la perseguiste para acabar con ella?
__No tengo la menor intención de hacerlo. Y yo soy el dueño de mis actos.
__No permitiré que ni una de ellas sobreviva jamás.
__Pues que sepas que estoy dispuesto a defenderla si es necesario.
__¿Un vampiro defendiendo a una hija de Kia? ¿Me estás desafiando? Tengo el poder suficiente para derrotarte. 
__Tómatelo como quieras. Si me apetece no tendré piedad.
Desapareció del salón y fue él solo a buscar a Elisée, pero apenas salió de la casa, los rayos del sol laceraron su piel. Se sintió entre la espada y la pared. Se metamorfoseó en murciélago para poder resistir mejor la luz del día. Antes no tenía otra opción que obedecer a Nocturna, ya que ella los ayudaba a salir durante el día por medio de conjuros y cremas que repelían los rayos abrasadores de Kia. Al final los mantuvo a su servicio bajo chantajes. Dragon Y Draco decidieron rebelarse contra ella, pues no tenían por qué almacenar en su interior el odio y el rencor que mantenía la dama oscura. En principio, Nocturna no tenía motivos que justificaran sus nefastas acciones, según ella "sólo quería desahogarse por su desastrosa vida". Su historia se remontaba a doscientos años atrás, ella fue la primera vampiresa de Lunarett. Era una gran maga que estaba terminando el curso de hechicería, pero desastrosamente un murciélago la convirtió cuando pasaba una noche por el bosque. Tenía veinticinco años, su verdadero color de ojos era el verde esmeralda y su verdadero nombre era Sereida.  Iba a casarse dentro de pocos meses, cuando terminaría dicho curso, con su prometido de hacía cinco años, Silvino. Al ser poseída por el veneno vampírico de Kai todos sus planes y sueños se vieron truncados y tuvo que elaborar nuevos retos. El dios oscuro la había elegido expresamente a ella para continuar con la generación de los hijos de la noche. Pasó una semana escondida en una cueva sobreviviendo con la sangre de los que confiadamente entraban allí. Su novio se presentó en la casa en la que vivía ella sola porque había recibido las noticias de su desaparición. Cuando volvió a ver a su amado, todos sus sentimientos anteriores cobraron vida y quiso convertir a éste, a su vez, en el mismo ser que era ella. Lo abrazó y él sintió miedo de sentirla mortalmente pálida y fría. Hasta el color de sus ojos era distinto debido a la maldición. Quería convencerse de que aquella  mujer que estaba frente a él era la misma que él conocía, pero de sus rojor labios comenzaron a brotar unos descomunales caninos que daban escalofríos. Quería besarla pero algo en su interior le decía que por mucho que se pareciera a su prometida no eran la misma persona. Se la quitó de encima cuando ella se abalanzó sobre su cuello y por instinto, fue a coger un cuchillo de cocina y lo esgrimió inseguramente. Ella le mostró los dientes y le gruñó como si fuera un gato en posición de ataque; comprendió, tal y como le dictaba su criterio, que debía matar a ese ser antes de que le hiciera el más mínimo rasguño, no fuese que le contagiase la enfermedad. Vio que ya no era bien recibida y decidió esconderse en el monte por la noche y durante el día, como había usurpado una tumba del cementerio, permanecía dentro de un ataúd de madera que había bajo tierra. Una muchedumbre enfurecida la perseguía, pues Silvino había contado que se había apoderado de su alma un subordinado del "dios maligno". Desde entonces su corazón se volvió negro como el carbón. Tiempo después se enteró de que Silvino había contraído matrimonio con una joven de familia adinerada de su misma edad.



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