Bienvenidos a mi nuevo blog

Hola chicos, aunque voy a trabajar también con mi página web de www.elalmanegra.neositios.com voy a probar a publicar aquí los capítulos de mi historia. Gracias por visitar mi web.

QUE LA LUZ DE KIA OS ILUMINE Y LAS ALAS DE KAI OS GUARDEN :)

martes, 24 de enero de 2012

Cap.8

Hacía unos días que había llegado a sus oídos una noticia que la había dejado un tanto confusa. Por lo menos debía ser la última en haberse enterado. No sabía cómo reaccionaría ella misma o los demás al verla, pero tenía que intentarlo para averiguar que lo que se divulgaba entre los animales de la noche no era otra sucia mentira. Tenía que verlo con sus propios ojos. La idea de estar allí de nuevo no le hacía mucha gracia; quizá ya no tenía la esperanza de ser recibida después de marcharse de esa manera. Sólo leer el rechazo en sus ojos hacía que entristeciera aún más, pero  ya había pasado demasiado tiempo vagando en la soledad de la  noche. 
Afortunadamente, Hades, que había escapado para acompañarla en su huída, era el más fiel amigo con el que contaba en esos momentos. El gran lobo gris de ojos azules como el cielo había demostrado ser el mejor remedio para su desesperación. Decidida, se colocó la capucha de su capa oscura y emprendió la ruta de camino a "casa" bajo la atenta mirada de las estrellas. 


Alguien tocó al llamador de la puerta, produciendo un sonido retumbante en el interior de la casa. Como era de esperar, afuera no se sentía la actividad burbujeante de la muchedumbre. Todos dieron un respingo en sus asientos, sorprendiéndose y preguntándose quién diablos podía ser a esas  horas. Dragon se dispuso a incorporarse para ir a abrir la puerta, atravesó el amplio salón y recorriendo el pasillo. No se esperaba lo que estaba a punto de ver. La puerta produjo un leve chirrido al abrirse. 
__Hola, Dragon...cuánto tiempo sin verte, quizá algún mes.
Estaba claro que no sabía qué decir ahora que estaba allí. Se quitó la capucha y alzó el rostro a las luces de ojo de buey  del recibidor. 
__No puede ser...
Dragon parpadeó varias veces para asegurarse de que no fuera una ilusión.
La abrazó con fuerza, verificando que era ella realmente, que no se iba a vaporizar.
Richard fue a ver qué ocurría y sonrió sardónicamente.
__Vaya...pero si es la hija pródiga.
Ella desvió la mirada hacia otro lado, irritada.
__Déjala en paz. Eres bienvenida a casa, Eli.
Se la llevó al salón y algunos se quedaron sorprendidos y otros indiferentes.
Pero Draco corrió a su  encuentro y se fundieron en un sincero abrazo, reconfortados de estar juntos de nuevo, sin rencores. Los demás la saludaron finalmente con un movimiento de cabeza,  excepto Nocturna, que le dirigió una sonrisa torcida. Elisée la odiaba y ella lo sabía. Estaba agotada y tenía los ojos enrojecidos por el llanto. Draco iba a acompañarla a su habitación para que se cambiara de ropa y descansara cuando al pie de la escalera un joven clavaba la mirada en Elisée, desconocida aún para él. 
__¿Quién eres? 
__Me llamo Dylon y digamos que soy el novato. 
__Yo soy Elisée. 
__Nocturna lo  trajo una noche.__intervino Draco_Supongo que tendrá algo pensado para él.
Dylon se retiró de la escalera y se quedó mirando a la recién llegada mientras subía con su novio. 


Habían pasado ya dos semanas desde que lo  vio por última vez y además sus padres estaban muy preocupados. Kuni paseaba por las calles recordando cada momento con su mejor amigo. ¿Qué le podría haber pasado para no dejar ni rastro? Podrían haberle secuestrado después del concierto, o quizá le habían atracado de camino a casa, dejándole malherido... Apartó esos pensamientos al instante. Mientras miraba las pancartas que sus padres habían colocado en cada rincón de la ciudad Kuni tenía la esperanza de encontrarlo sano y salvo. Oh, por Kia, cuánto le echaba de menos. Se culpaba a sí misma por no haberle acompañado hasta su casa. 
Su móvil vibró indicando que acababa de recibir un sms. Era de Ilion...¡decía que sabía dónde se encontraba su amigo y que estaba vivo! Pensó en llamarlo en ese preciso momento. Al cabo de tres pitidos escuchó su voz.
__¿Kuni?
__Sí, soy yo.__dijo con los nervios a flor de piel__¿Cómo es que sabes dónde está Dylon? 
__Le he visto y te garantizo que por el momento no corre peligro. 
__¿Qué? ¿Cómo que por el momento?
__Sólo puedo adelantarte eso, no puedo darte más detalles ahora mismo, pero confía en mí. 
__Ilion, por favor, necesito verle con mis propios ojos.
Se produjo un largo e incómodo silencio.
__Kuni, ¿puedes quedar mañana por la noche?
__Sí. ¿Dónde nos vemos?
__Alrededor de las diez y media en Ralleck.
__Vale.
__Entonces hasta mañana. Adiós.
Tras decir esto colgó, como si tuviera miedo de ser descubierto.
No tenía más remedio que creer en su palabra, aunque se tratase de un hijo de Kai.  de Kai. Al  menos la idea de volver a ver a su amigo la fortalecía. Desde el ventanal de su habitación la lluvia se veía caer perfectamente. El cielo no estaba excesivamente oscuro a pesar de estar nublado. El sol insistía en sol. Rezó a Kia para que Dylon pudiera volver a casa y sus padres se sintieran al fin aliviados. 


Era noche cerrada y aún no había cesado de llover, lo que venía como anillo al dedo a Nocturna para poner a prueba las  facultades de su nuevo "pupilo". El joven podía ver en la oscuridad mejor de lo que esperaba, sus ojos brillaban como si de un gato se tratase. Percibía el más mínimo murmullo a través de los incesantes chapoteos el agua al entrar en contacto con los charcos que se formaban o al chocar con estrépito con la tierra mojada. Todos sus sentidos se habían desarrollado. Su olfato le permitía distinguir un vampiro de un humano, se adaptaba al olor de la sangre; podía saber si quien se acercaba era un hombre o una mujer sin tener que verlo, reconocía una presencia a mayor distancia que cuando era humano,etc. 
Estaban en el Monte Dorado, Nocturna iba a continuar instruyéndole en el arte de la caza. La primera hora de la madrugada trajo un paulatino silencio, pues las nubes  comenzaban a dejar de llorar cascadas. Dylon, guiado únicamente por sus instintos, debía localizar a su presa camuflado por la espesa niebla. Nocturna se había quedado en un punto en concreto, Richard cronometraría y el resto acudiría pasivamente al espectáculo. Leo se hizo un pequeño corte en el antebrazo para que la sangre que brotaba estimulara y a la vez desconcertara al  neófito. Dylon marchó entusiasmado, como un niño que sabe que si hace los deberes recibirá una recompensa. Al cabo de quince minutos regresó al lugar de partida con una mujer rubia sobre el hombro. Estaba desmayada y Dylon bebió su sangre de buena gana, como si fuese su trofeo. Sus pupilas se dilataron a causa de la excitación que le embargaba. La mujer suspiraba a pesar de su ensoñamiento y Dylon escuchó los últimos latidos de su corazón en su pulso marchito. Cuando hubo bebido toda la sangre, dejó el cuerpo inerte sobre la hierba húmeda y sonrió con cierta crueldad. Todos aplaudieron mostrando sus felicitaciones. Los murciélagos acudieron a darle la bienvenida como a un miembro más y volaban en círculos alrededor de él. 
A continuación, con su magia potenciada incineró el cuerpo sin un ápice de vida de su primera víctima. Aunque no tenían por costumbre regresar a la mansión después de la medianoche, fueron a descansar un  poco del intenso entrenamiento, ya finalizado. Cuando sintió la comodidad de la cama bajo su cuerpo agotado, el protagonista de la noche se quedó dormido. Ahora sentía que su deseo era mayor. Se acordaba vagamente de su vida anterior, pero le llamaba la atención la conexión que se formaba en su mente entre lo que los vampiros llamaban "Lightness" y cierta joven que le resultaba raramente familiar. Deseaba verla, beber su sangre para saber si era tan deliciosa como decían que debía ser. Además de beber su sangre hasta límites insospechados necesitaba poseerla en cuerpo y alma. Intentaba imaginarse cómo podía ser la chica y la simple idea de tocar su cuerpo desnudo mientras sus colmillos penetraban su suave piel hacía que todo su cuerpo reaccionara. Cada vez se hacía más insoportable no tener ocasión de buscarla. Era como una obsesión. Un día se llegó a imaginar a esa chica sin nombre y rostro concreto suplicando por su vida; él la besaba con intensidad, produciendo una oleada de calor entre ambos, ella le abrazaba y se dejaba llevar mientras Dylon ponía en práctica todos los juegos que le apetecían. Quería hacer realidad ese sueño, hacerla disfrutar del beso de vampiro. 


El sol salía después de ser retenido por la luna. Dylon despertó con muy poca gana, pero renovado de la adrenalina derrochada la noche anterior. Bajó al salón y todos tenían una cara de sueño que le resultó  graciosa. Cuando les dijo "buenos días" lo que recibió como saludo fueron bostezos y palabras ininteligibles. Después de mirar si tenía algún sms o llamada en su llamada en su móvil lo dejó por descuido encima de la mesa. Dylon lo miró irse a la cocina y, movido por la curiosidad, cogió el móvil.
Miró en la carpeta de mensajes recibidos y vio uno de Kuni que decía: No lo olvides, quedamos a las 22:30 en el bosque. 
En sus labios se dibujó una sonrisa traviesa y se guardó el móvil de Ilion en su bolsillo. Subió a su habitación y se quedó allí encerrado un rato. Antes adoraba quedarse tumbado bajo el césped recién cortado sintiendo los rayos del sol  en sus poros, cosa que recordaría de no ser por  su nueva condición de hijo de Kai. Ahora no podía salir de casa sin ponerse en la piel la crema especial que preparaba Nocturna
(olía a jazmín y era de color verde pálido). Aún no había mostrado mucho interés por tener una compañera vampira; Nocturna era una mujer joven y bella, pero no estaba al alcance de nadie (ni vampiro ni humano) y Eliseé ya tenía pareja desde hacía años... No, no necesitaba una relación así, pensaba. Lo único que quería era tener frente a sí a esa joven de cabello rosa. Que su corazón hubiese dejado de latir no quería decir que su cuerpo no reaccionara físicamente al imaginarla. Su cuerpo tembló, su espalda se arqueó un poco y sus colmillos se alargaron hasta más no poder, produciendo un dolor agudo junto con el picor en las encías rojas. Se tiró en la cama y, para intentar serenarse, enterró la cara en los cojines de terciopelo granate rellenos de plumas. 


Tonelius quiso hacer una visita a los padres de Dylon después del desayuno. Se solidarizó mucho con ellos, les ofreció su apoyo incondicional, como era de esperar después de años de amistad. Tonelius había comunicado la desaparición de Dylon a la Comunidad de Magos de Lunarett (la encargada de regular y establecer las actividades de los magos, de su educación, de sancionarlos si fuese menester, creaban normas y  procuraban que fueran cumplidas,etc.), de la cual formaba parte. 
Llamó al timbre de la casa y se oyó una voz precediendo unos pasos precipitados hacia la puerta. 
__¡Un momento, por favor!
Era la inconfundible voz de Liria, la madre de Dylon, que abrió la puerta con mano temblorosa y unas lágrimas mal disimuladas. La pobre mujer estaba pasando por un momento terrible y se sintió sinceramente reconfortada al reconocer al director de la escuela. Se abrazaron y amablemente le invitó a que se sentara en la sala de estar. 
__Tonelius, toma asiento, por favor. ¿Quieres que te prepare un café o  un té...?
__Muchas gracias, Liria pero no te molestes. He venido para saber cómo os va y si había alguna novedad en la investigación.
__Pues mi marido ha salido hace poco hacia la comisaría_tenía la voz y las manos un poco temblorosas_. Vino la policía, como ya sabrás, con una orden de registro y no encontraron nada que les sirviera de pista. Nos hicieron preguntas sobre nuestra relación con nuestro Dylon, sobre sus amistades, su vida escolar... y nosotros contestamos a todas con sinceridad. Inspeccionaron las zonas que transitaba mi hijo normalmente y las zonas cercanas a la casa. Ayer llamaron por la tarde diciendo que..._hizo una pausa y tragó  saliva_que habían descubierto gotas de sangre en el tronco de un árbol del bosque Ralleck. 
__Por Kia...
__Dicen que necesitan más pruebas y necesitan que Simon y yo nos hagamos un análisis de sangre para determinar que se trata del mismo grupo sanguíneo (los hijos que nacían magos solían tener el mismo grupo sanguíneo que sus progenitores). Por la diosa... espero que no sean compatibles...Si se trata de mi hijo...
Su voz se rasgó y acabó en un sollozo. Tonelius se sentó a su lado y la abrazó para servirle de consuelo. 
__¿Kuni cómo está? Esa chiquilla era...es la mejor amiga de Dylon y gracias a su testimonio sabemos algo de los últimos minutos que estuvo con él. 
__Pues está desconsolada y se culpa constantemente por lo sucedido. Apenas tiene ganas de comer y sé que no duerme bien por las noches. Además, ya apenas se esfuerza por hacer deberes o estudiar.
__Pobrecilla... Aún recuerdo cuando apenas con siete años iban juntos a jugar al parque. Sé que tu hija hacía que se sintiese mejor, porque era un niño tímido y le costaba hacer amigos. 
Tras una larga charla Tonelius tuvo que despedirse. 
__Por favor, hacedme saber cualquier cosa que pase y si necesitáis algo no dudéis en contar conmigo. 
__Por supuesto. Muchas gracias por todo.


Kuni estaba en la cocina ayudando a Anita a cortar el pescado porque necesitaba de su alegre compañía para distraerse un poco después de lo de... Sin embargo, no conseguía hacer nada a derechas. Su padre llegó y les relató la conversación con Liria mientras Kuni permanecía cabizbaja pensando <<¿Debería contar lo que sé?>>
Hizo ademán de querer decir algo, pero volvió a cerrar la boca y se apartó un mechón de la cara, dubitativa. La comida fue incómoda, llena de un vacío silencio que ni padre ni hija se atrevían a romper. Kuni ni siquiera recogió su parte. Tal cual terminó su ración (la mitad del plato) se fue a las escaleras para ir a la torre y evadirse. Se sentó en la cama con la espalda apoyada en la pared y con los brazos rodeando sus piernas. Cerró los párpados luchando contra las lágrimas y le vino a la mente algo que todavía no había intentado. Llevada por una llama de esperanza, corrió hacia el alfeizar de la ventana y cuando distinguió el sol tras unas nubes blancas y efímeras, alargó la mano hacia él como para acariciarlo sin éxito. 
__Oh, diosa madre, dame una señal. Te ruego que me digas algo sobre mi amigo que me ayude a comprender qué está pasando.  
Poco a poco, el sol se dejó ver  en todo su esplendor y dirigió a Kuni su brillo dorado. A medida que la luz se hacía más intensa, la imagen de la divinidad se mostraba más nítida: largos y lacios cabellos castaños ondeando al viento, ojos amarillos grandes y luminosos, estilizada figura, juvenil rostro, piel bronceada.
Era su manera de decirle que escuchaba su plegaria y Kuni podía mirar directamente la bola de fuego porque no le dañaba la vista. 
>>Querida Kuni, no me gusta verte triste, pero todas las cosas ocurren por una razón  han de ocurrir por mucho que los humanos se esfuercen en cambiar su destino. <<
__Tú que eres diosa sabia y poderosa, ayúdame a recuperar a Dylon para que todo sea como era antes. 
>>Mi joven Lightness, todo será desvelado esta noche.<<
Tras pronunciar estas palabras, la voz del sol desapareció. 


La hora llegaba y Dragon iba a salir por la puerta cuando algo lo retuvo. Nocturna lo agarró con férrea mano e hizo que se diera la vuelta.
__¿Dónde se supone que vas?
__Es de noche, haré lo que suelo hacer.
__Si pretendes ver a esa maga no te lo permitiré. Te acercas demasiado a ella.
__Yo puedo hacer lo que quiera y cuando quiera.
__Eso ya lo veremos._le lanzó una mirada desafiante.
 Posó su mano en la frente del joven y recitó para sí un conjuro que hizo que se apoderara de Dragon un profundo sopor. Se tambaleó y Nocturna tuvo que cargar con él por las escaleras para dejarlo en su habitación. El resto simplemente creería que estaba descansando, aunque no fuese algo muy propio de él. Iban a  volver al monte, donde un grupo de universitarios de segundo año estaba dándose un baño en la laguna  y jugaba a la pelota (chicos contra chicas). Había cuatro chicos y tres chicas. Dylon dijo que prefería ir por su cuenta. Los cinco vampiros se acercaron fingiendo que eran un grupo de amigos que paseaban por allí de noche. Las chicas levantaron la vista hacia ellos y rieron por lo bajo. Los chicos se quejaron  porque sus compañeras solo estaban pendientes de los recién llegados. Richard y cía ya se estaban repartiendo mentalmente a las víctimas, pero sus gustos les hacían inclinarse más hacia la sangre femenina, aunque una cena era una cena.
__Si no hay más remedio tendré que beber la sangre de algún tío._admitió Robert a regañadientes mientras los otros cuatro se mofaban.
Como solo había tres chicas Jeremi también se sacrificó. 
__Un momento, sementales. A uno de esos hombres jovencitos lo quiero yo._Hizo notar Nocturna. 
__Draco y yo podemos compartir a otro._dijo Elisée mirando a su novio.
Richard y su séquito miraron a las chicas y la boca se les hacía agua, pues encima llevaban un bikini que dejaba poco a la imaginación. 
__Están para mojar pan._se decían entre ellos. 
__Buenas noches señoritas. El agua debe estar muy fría, ¿no preferiríais salir y coger algo de calor?
Ellas se olvidaron de sus amigos y estos se quedaron mirándolas estupefactos.
__Entonces me podrías dar calor tú, guapo._dijo una de ellas a Leo.
Las tres cayeron en el encantador hechizo de seducción. 
__¡Pero bueno! Se supone que hemos quedado para divertirnos, todos juntos.Los vampiros hambrientos las llevaron a un lugar apartado. Los amigos aún en el agua sufrieron un repentino ataque. Tras saciar la sed carnal y de sangre, incineraron los cuerpos, algunos demacrados. 



jueves, 5 de enero de 2012

Cap. 7

Desde pequeño siempre había tenido miedo a la oscuridad, la misma que se filtraba ahora en su habitación.  Quería que pasaran las horas para volver a la escuela y sentirse inflamado de su vitalidad. Kuni siempre había demostrado tener más poder que él y no le desagradaba, más bien la admiraba por ello. Sus ojos le transmitían la sensación de estar en confianza, de tranquilidad que le hacía sentir muy feliz. Había cuidado de ella como si fuera su hermano mayor pero después comprendió que sus sentimientos hacia ella iban más allá de la amistad. Intentó fijarse en otras chicas pero fue en vano porque era Kuni de quien se había enamorado. Con ningún otro amigo se sentía tan completo como con ella. Transcurrieron las horas y se mantuvo despierto hasta que sonó su despertador. Desayunó tras haberse vestido lo más rápido posible y salió de casa. Cuando faltaba apenas un minuto para que sonara el timbre llegó a clase. Kuni ya estaba sentada en su sitio esperándole y dirigiéndole una mirada fugaz. Se saludaron y se contaron las novedades que tenían tiempo de contar antes de que llegara la profesora. Luis y Marina estaban saliendo juntos desde el día posterior al de los pétalos de sangre y la actitud de ella empezó a mejorar: ya no se metía tanto con el resto de los compañeros y prestaba atención en clase. El jueves de esta semana sería el cumpleaños de Dylon y Kuni quería que fuese especial. Tenía pensado o montar una fiesta sorpresa e invitar a sus amigos o ir al cine para estar los dos solos. Ambas opciones le parecían buenas pero era preocupante la típica pregunta de "¿qué le regalo?"  
Dylon se quedaba mirando a Kuni  de reojo, pues parecía que los pensamientos de su amiga estuvieran muy lejos de allí. Tenía una entrañable sonrisa pintada en los labios y una mirada que expresaba una mezcla de felicidad y nostalgia. Sin querer ella dejó escapar un leve suspiro que no pasó desapercibido para el  joven y volvió la vista hacia su libro de Historia. Tenía ganas de preguntarle "¿te pasa algo?" pero creyó saber que su  extraña conducta era obvia. <<No es algo raro, estará enamorada>>, pensó de repente. Esto le hizo enderezarse en su asiento y preguntarse de quién se trataba. Dudaba que lo estuviera de él, pero quién sabía... últimamente la veía tan sonriente, tan radiante. Cuando las clases dieron fin, sonó el mismo timbre de todos los días y cada uno se fue marchando a casa. Kuni le dijo adiós y acto seguido le dio un rápido beso en la mejilla, lo que hizo que se preguntara: "¿y si soy yo?" Caminó hacia casa agobiado por los múltiples quebraderos de cabeza. Cuando estuvo comiendo su madre no dejaba de observarlo, como no hacía otra cosa que darle vueltas a los fideos con la cuchara. 
__Hijo,¿te pasa algo? Aún no has terminado de comer cuando siempre sueles ser el primero en terminarte el plato.
__Eehh..._dijo cuando su cabeza bajó de las nubes_. No es nada. 
__Mmm... a mí no me engañas, yo sé lo que te pasa.
__Ah ¿sí? Ilumíname_dijo con cierto sarcasmo.
__Se te nota que es algo relacionado con chicas_respondió su madre, divertida.
__¡Mamá! N-no, no es lo que piensas_las indirectas de su madre lo pusieron nervioso.
__Aayy..._suspiró_. Esta juventud, cuánto os cuesta reconocer los sentimientos.
 Dylon acabó poniéndose colorado. Resopló indignado y se llevó su plato a su habitación, si es que pretendía terminar de comer. Podía oír las risitas de su madre que le llegaban desde el salón hasta la primera planta: "Este hijo mío...¿de quién se habrá enamorado?" 
Por la tarde Tonelius se llevó a su hija a la Laguna Plana para, según decía, estimular sus poderes; al parecer, había vuelto su faceta de instructor particular. Primero quería que probara un sencillo ejercicio, concentrar el elemento agua y el elemento aire a la misma vez. Movió las nubes con fuertes ráfagas de viento, éstas colisionaron unas contra otras y el cielo oscureció hasta que empezaron a caer las primeras gotas de lluvia en esa zona. Dirigió la lluvia donde quiso y les dio forma de animales. Después, congeló a cuatro de estos y evaporó a los restantes. Empujó las nubes que quedaban en el cielo y hizo que los rayos solares se filtraran a través de sus manos, le tocaba el turno al elemento fuego. Formó un dragón con la energía que había acumulado y, accediendo al deseo de su creadora, el mítico ser se abalanzó sobre los animales de hielo y los  derritió. Tras comprobar que todo marchaba correctamente, decidió moldear una pequeña cantidad de agua de la laguna para hacer esta vez un dragón de agua que volaría sobre el dragón de fuego y apagaría las llamas. Hizo crecer enormes zarzas hasta que tuvieran la forma de una jaula y controló al dragón de agua para que se introdujese en ella. El entrenamiento finalizó con éxito y su padre la aplaudió por ello. Debido a los esfuerzos empleados estaba física y psíquicamente agotada. Tonelius le puso la mano en el hombro en señal de aprobación y la dejó descansar. Cuando recuperó un poco las fuerzas su padre los teletransportó  de nuevo a la escuela y ambos se dejaron caer sobre el sofá. Anita les preparó una sopa caliente con trozos de carne de faisán y después se fueron a darse un bien merecido baño de agua caliente para no resfriarse. Anita le vendó las manos porque se las  había quemado levemente al modelar al dragón llameante. También le dejó en su habitación unas flores cuyo aroma ayudaba a conciliar el sueño. La joven Lightness se puso  el pijama y al meterse en la cama agradeció sinceramente los cuidados de Anita. A la mañana siguiente se encontraba tan renovada de energías  que parecía como si el  día anterior no hubiera hecho nada fatigante. Fue a clase muy animada y sin necesidad de seguir llevando el vendaje. Los últimos minutos de clase se mantuvo distraída toqueteando el colgante de dragón de plata. Cada noche se asomaba a la ventana por la que podía ver mejor la luna y besaba el colgante imaginando que Ilion volaba cerca de allí. Dylon observó su nuevo amuleto y frunció el ceño.
__Vaya, ¿ese colgante es nuevo? No te lo había visto puesto antes.
__Sí, es nuevo. Me lo regaló..._aventuró a decir_mi padre este fin de semana.
__Ahh, pues te queda muy bien. Tu padre tiene muy buen gusto._dijo con cierto desdén.
 Kuni desvió la mirada hacia la pizarra, algo incómoda. Su amigo, sin embargo, prefirió no sacar conclusiones precipitadas, aunque la sospecha lo agobiaba.
Ella no quería tener secretos con él pero cuanto menos supiera acerca del secreto de los Lune, mejor. <<Lo siento, pero debe ser así.>> El muchacho presentía que le ocultaba algo y no debía ser precisamente algo bueno. Tampoco era quién para indagar en su vida privada, pero si le escondía alguna cosa que luego pudiese ser peligroso para ella... Por encima de todo era su mejor amiga y quería lo mejor para ella.  Al terminar las clases, Kuni subió a su cuarto y se encontró una sorpresa sobre su cama: un sobre negro con un dibujo plateado. Su corazón se aceleró. Lo  abrió con sumo cuidado y comenzó a leer. 
>> Hola Kuni, ya te imaginarás quién soy. Quería decirte que esta tarde, a las 20:00 h., mi hermano Draco, los cinco (qué se va a hacer, ellos también forman parte del grupo) y yo vamos a tocar en el pabellón Artes Marte. Mi hermana Elisée también toca con nosotros de vez en cuando pero en estos momentos no está con nosotros; se fue de casa por propia voluntad y aún no ha vuelto. Te he comprado una entrada, está dentro del sobre. 
PD: Me gustaría mucho que vinieras, así que ven y disfruta de nuestra música para que seas mi fan número uno. << 
No pudo reprimir una sonrisa. Le hacía tanta ilusión que se acordara de ella.
A continuación de esto también incluía un nostálgico poema compuesto por él mismo exclusivamente para ella. Muchas imágenes de una sola noche se amontonaron en sus recuerdos. No pasaba nada si iba al concierto porque al día siguiente tenían una excursión al centro biológico Biotopo Estrella. Fue a pedirle permiso a su padre para que la dejara ir. Lo encontró en su habitación, sentado al escritorio, leyendo un libro de hechizos con plantas. <<Esta es mi oportunidad>>, dijo entre dientes. 
__Papá...querido padre...
__Uyyy, conozco ese tono de voz, ¿qué es lo que quieres?_dijo enarcando una ceja y con una sonrisa guasona.
__Pues...quería saber si me darías permiso para salir esta tarde de paseo.
__¿Adónde vas? y ¿con quién?
__Resulta que hay un concierto cerca de aquí sobre las ocho y media y me gustaría ir con Dylon. 
Se sintió mal por utilizar a Dylon como excusa y mentir a su padre, pero ¿qué otra cosa podía hacer, decirle que iba al concierto de un clan de  chupasangres? 
__¿Dónde es ese concierto? En el  pabellón, imagino.
__Sí, ya tengo una entrada y me haría mucha ilusión.
__Vale, si vas con Dylon al menos no estarás tú sola.
__Muchas gracias, papi.
Kuni en realidad no quería ir acompañada pero no le quedaba otra que llamar a Dylon para invitarlo. Pulsó el  botón de llamada de su teléfono móvil y tras tres pitidos, su amigo respondió. Le contó los planes que tenía y esperó un poco para que hablara con su madre, cuya potente voz se oía por encima del sonido del televisor encendido. Dylon dijo entonces con voz victoriosa: " ¡Bien! ¡Puedo ir! me paso por la escuela y te recojo." Se despidieron y se sintió un tanto decepcionada. Según imaginaba ella, el concierto duraría alrededor de unas tres horas y pensaba quedarse hasta que terminara, por supuesto. Pero conociendo a su amigo, quizá quisiera acompañarla de vuelta a casa y eso le estropearía su intención de quedarse un poco con Ilion. Estaba ilusionada y nerviosa a la vez, iba a ir al concierto de su chico secreto. En su mente dibujaba a Ilion cantando sobre el escenario, iluminado por miles de focos, embrujando a todos con su voz, dedicándole sus más ocultos y sinceros sentimientos.
Estaba impaciente. ¿Por qué las horas no parecían pasar nunca? Se distrajo probándose ropa para ponerse y haciéndose algún que otro peinado. Al final optó por una camiseta de tirantes negra con un dragón gris dibujado y unos pantalones vaqueros rotos en la zona de las rodillas. En cuanto al pelo, se puso una diadema negra, dejándole el cabello rosa hacia atrás. Algo que le llamaba la atención a la gente era su color de pelo y sus ojos; alguna vez le habían preguntado si su color era teñido o natural (como a mucha gente le gustaba teñirse el cabello), si llevaba lentillas de color rosa o por el contrario sus ojos eran así de verdad,  si el vello del resto de su cuerpo también era de color rosa,etc. Algunas preguntas la incomodaban de verdad. Fue al baño para mirarse en el espejo y pensó en maquillarse un poco, ni muy poco porque si no apenas se notaba ni mucho porque quedaría muy artificial, según ella. Pensó en calzarse los botines negros y llevarse una torera vaquera por si hacía frío más tarde. Se metió el  móvil en su pequeño bolso negro de punto y bajó las escaleras. Dylon estaba en el vestíbulo, llevaba una camiseta azul de manga corta y unos pantalones piratas vaqueros. Cuando Kuni llegó se volvió hacia ella y la miró impresionado.
__Caray Kuni...estás muy gua...guay. 
__Gracias, tú  también estás muy guay, je, je. Cuidado de que no se te caiga la baba de tanto mirarme._dijo bromeando.
Sin perder tiempo, Kuni hizo una copia de su entrada para Dylon con su magia y pareció auténtica, como si la hubiera comprado en la taquilla. Tonelius se despidió de ellos en la puerta.
__Bueno, chicos, que os divirtáis en ese concierto.
__¡Vale! Adiós.
__Adiós, señor.
Se fueron andando y cuando llegaron se pusieron en la fila para el pasaje a la taquillera. Habría como unas doscientas personas, jóvenes entre 15 y 30 años. Sospechaban que entre ellos hubiera más de un "adorador" de Kai.
Intentaron ponerse lo más cerca posible del escenario. El lugar era cubierto y estaba tenuemente iluminado por unas lámparas en el techo. Todos los instrumentos estaban dispuestos en el escenario al  igual que estaba preparada la maquinaria electrónica. Los focos de colores cambiantes que iluminaban el escenario se fueron encendiendo y tras una capa de humo artificial salieron los integrantes de la banda. Ilion estaba genial, como un tren, como decían muchas.  Kuni reconoció que se sentía un poco celosa cuando las adolescentes más o menos de su edad gritaban su nombre (en su banda se llamaba Dragon), pero le complacía saber que su trato con ellas era meramente profesional y que sólo ella era realmente especial para él. Los veía perfectamente, todos vestían de negro y llevaban algún adorno tribal y demás accesorios de estilo rockero y punk. No le hacía mucha gracia tener que encontrarse de nuevo con los chicos que la asaltaron, pero con tal  de ir allí, en ese momento no le dio importancia. Hizo como si sólo estuviera allí Ilion y la música sonara de fondo. Se preguntó cómo después de ese incidente podían volver a tocar juntos como si nada. Quizá, pensó Kuni, sólo lo hacían por sus fans, por el mero hecho de hacer música que les gustaba. La gente pareció enloquecer cuando el cantante se acercó a su público desde la seguridad del escenario y levantó el brazo que portaba el micrófono en señal de saludo. Hubo aplausos, silbidos y gritos por doquier. La estridente música empezó  con la batería mientras la gente seguía vitoreando. Las guitarras eléctricas continuaron y el bajo sonó, haciendo su entrada en la melodía. Kuni estaba tan extasiada que creía que se iba a caer, pues la voz de Ilion se propagó por el pabellón. Los que sabían la letra de la canción la coreaban; letra, que a su parecer, tenía un aspecto tenebroso y áspero. Ilion volvía de vez en cuando la vista hacia el público, como si la buscara con la mirada y el resto de las personas sólo le transmitieran indiferencia. Kuni intentaba descifrar los significados de sus canciones y Dylon se limitaba a saltar, 
a gritar,  disfrutar el momento. Muchas canciones hablaban de la libertad, otras sobre el miedo, la muerte, la vida, la tristeza...Tenía un nudo en el estómago debido al volumen descomunal que rebotaba en la sala y en sus oídos. El concierto duró tres horas y el cielo estaba muy oscuro. Dylon dijo que tenía irse rápido y se despidió, lo que la dejó bastante extrañada. Estuvo andando hasta que vio que ella iba a la puerta trasera del pabellón, que ni se imaginaba que él la seguía desde una distancia prudente con un hechizo de invisibilidad. Kuni buscaba a Ilion y cuando lo vio, se alejaron un poco de posibles miradas indiscretas. El vampiro le dedicó una sonrisa que derritiría el corazón más congelado. Piropeó su nueva forma de vestir y ella aceptó el cumplido poniéndose de puntillas para darle un beso, al que Ilion respondió con sorprendente intensidad. Le acarició el cuello con las yemas de los dedos y le preguntó si le había gustado el concierto. Sus ojos azules  se clavaban en ella como un iceberg. Kuni sonrió ampliamente y respondió que muchísimo. Cogió su moto y montó a Kuni sobre ella con su  fuerza sobrehumana, propia de un vampiro de sangre pura. Nada de lo que hacían en ese momento pasó desapercibido para el chico que estaba escondido e invisible al ojo humano. 
Ilion arrancó la moto provocando el gruñido del motor y el incesante humo del tubo de escape.
__¿Dónde me vas a llevar?

__Donde tú quieras, pequeña._respondió con su característica sonrisa picaresca.
Ilion no solía utilizar casco, sólo cuando creía que la policía local andaba cerca. Hacía uso simplemente de su instinto y sus inigualables reflejos, pero esto no tranquilizaba a Kuni demasiado. La moto negra respondió al deseo de su propietario y salió disparada al tiempo que levantaba una fina capa de polvareda del asfalto. Conducía a una velocidad de vértigo, peligrosa. Claramente infrigía la velocidad máxima de conducción. Kuni se abrazó al costado de Ilion, que le advertía:" Agárrate fuerte". Como para no agarrarse...tenía la piel de gallina y el frío aire de la noche azotaba su piel. Escondió su rostro en la espalda del chico para poder respirar. Eso sí que era descargar adrenalina. Echó un vistazo al paisaje borroso, estaba eufórica. Tenía la sensación de caer en picado desde un acantilado. Nunca había hecho nada parecido: la mezcla de alegría salvaje, terror, ganas de gritar a los cuatro vientos.


La misión de Dylon se vio frustada, no podía invocar un hechizo para alcanzar esa rapidez y debía reponer energías (el hechizo de invisibilidad consumía mucha fuerza, sin apenas preparación previa resultaba agotador). Maldijo para sus adentros no poder saber más de la clase de tío que estaba con Kuni. Tras segundos de meditarlo, le sonó familiar su rostro. Intentó recordar dónde había visto antes a ese tipo y cayó en la cuenta de que ya lo había visto. Era uno de los vecinos que vivían ahora en la mansión de la esquina. Creyó saber incluso su nombre, ya que fue él quien consiguió la ficha con los nombres y fotos de cada uno de ellos, aunque ya no venía al caso. Seguro que ese  colgante suyo no se lo había regalado Tonelius sino el mismo chico que había cantado sobre el escenrio. No pudo evitarlo, los  celos lo agolparon. ¿Qué tenía ese que no tuviera él? Siempre le había gustado mucho Kuni y además eran muy buenos amigos. Ya tenía  planes idealizados en su mente para su cercano cumpleaños. Se imaginaba sentado a la orilla del mar, a la luz de la luna, la cabeza de Kuni reposando en su hombro, él abrazándola por la cintura y los ojos rosas de Kuni brillarían pidiéndole un beso... Pero claro, esto ya nunca ocurriría. 
De sus ojos verdosos le cayó una lágrima mal disimulada. Se obligó a sí mismo a no pensar en eso. ¿Es que ya había olvidado lo que Kuni significaba para él? Apartó los malos pensamientos de su mente y su corazón. Ya era noche cerrada y debería haber vuelto a casa hacía mucho. Se había tirado el tiempo divagando por el bosque Ralleck desde que había dejado de seguir a Kuni, es decir, desde hacía tres horas. 
Ralleck, con sus altos árboles meciéndose con el silbido del viento frío de la noche, era un canto triste y silencioso, melancólico como una nana cantada a un niño mientras se duerme. Su cuerpo, dócil a la soledad y el cansancio, se dejó caer al pie de un árbol con el tronco retorcido y se acurrucó entre las raíces. Tenía la sensación, o más bien la certeza, de que la temperatura del ambiente había descendido considerablemente. Las nubes cruzaron delante de la luna y la taparon momentáneamente. La oscuridad le impedía ver más allá de los árboles de alrededor; todo parecía querer asustarle, nublar su razonamiento y  hacerle estremecer no sólo a causa del frío. El viento silbaba entre las ramas y los arbustos, los murciélagos sobrevolaban las copas de los árboles, los búhos parecían observarle sin descanso desde todas partes. Se levantó e intentó huir, sin saber muy bien por dónde empezar. <<¡Y un cuerno! yo me largo de aquí ahora mismo.>>, pensó, aterrado. <<Si no te hubieras hundido emocionalmente ahora podrías teletransportarte>>. Estaba muy nervioso para ello. Necesitaba relajarse para poder pensar con claridad y realizar un hechizo para irse de allí. Para empeorar la situación, no sabía en qué parte del bosque se encontraba, porque Ralleck era muy amplio. 
Un soplo gélido le acarició la nuca, haciendo que se irguiera de puro miedo y que se girara instintivamente. Cuando miró a su alrededor y comprobó que estaba solo volvió  a girarse al frente y se asustó como nunca antes se lo habría imaginado. Cayó hacia atrás y se golpeó la espalda con la aspereza de un árbol robusto y cubierto por una ligera capa de escarcha. Su respiración se hizo pesada y en la oscuridad su aliento se volvió una larga exhalación de vaho. Alzó la mirada temiendo encontrar frente a él un monstruo terrible y lo que encontró en su lugar fue una hermosa mujer de cabellos negros ondeando al viento y de ojos azules penetrantes. Nunca había visto una belleza similar. Ella le sonrió con dulzura y le tendió la mano para ayudarlo a levantarse. 
__ Es un poco peligroso ir por aquí cuando la noche es tan oscura.
__Supongo...¿te conozco de algo?
__Tú a mí no, pero yo a ti sí. ¿No eres uno de los magos de último curso de la escuela Tereli? 
__Emm...sí, soy Dylon.__la miró durante unos segundos__.Creo que te he visto en alguna parte...un momento, ¿ puede ser que tú seas la compradora de la mansión, Nocturna Lune?
Los ojos de Nocturna llamearon un instante, estaba sorprendida de que conociera todo eso de ella.
__Sí, la misma. ¿Cómo lo sabes?_preguntó con recelo.
__Un mago no debe revelar sus trucos._dijo encogiéndose de hombros.__Cuando he mirado no había nadie alrededor. ¿Cómo has llegado aquí tan rápido?
__Yo también tengo  mis trucos._se limitó a contestar.
__Soy una gran hechicera, sobre todo muy hábil para conocer los sentimientos ajenos._Dylon enrojeció paulatinamente_. Ahora mismo puedo percibir tu aura de celos y frustración.
__Ese asunto me incumbe sólo a mí_dijo desviando la  mirada.
__Y a tu amiga Kuni, ¿no crees?
Su sonrisa se torció en una mueca victoriosa al ver que había dado en el clavo. Le sostuvo el rostro con las palmas de las manos para hacer que la mirara.
__Tus manos están muy frías_dijo con los ojos abiertos de par en par.
__Es algo de lo que no me puedo desprender, digamos que me viene  de nacimiento. 
    Hay algo muy importante que tu amiguita no te contó. Quizá no confía suficiente                  en   ti. 
__¿Qué...? ¿De qué hablas?
__Vamos, hasta yo sé ese secretillo. En cambio, tú...no te harías una idea.
Le acarició el pelo con suavidad.
__No puede ser, ella nunca me ocultaría nada importante.
__Tranquilo. Yo puedo ayudarte y además hacer que Kuni caiga en tus brazos. 
La suave y embaucadora voz de Nocturna penetraba en lo más hondo de su corazón, anulando su mente  como poderosas espinas enraizadas. Le decía que tenía el remedio para su tristeza, ¿era eso posible? Su vista se nubló y sus piernas no pudieron sostener más el peso de su cuerpo. Nocturna lo abrazó fuertemente para que no se cayera como si fuera un simple muñeco. La voz  de su interior seguía tentando: "¿no es lo que siempre has querido?" "¿no serías más feliz así?"
__¿Qué quieres de mí?_dijo en un susurro apenas audible.
__Es sencillo, yo te puedo dar mucho poder para que Kuni esté junto a ti. ¿Nunca te has preguntado por qué los Lune somos diferentes?
__Sí, pero no sabría decir por qué. Además, no sé si me gustaría saberlo.
__Pues resulta que Kuni está locamente enamorada del Lune más joven, Dragon.
__Si obtengo ese poder de ti ¿podré impedir que le ocurra algo malo a Kuni?
__Sí, porque serás uno de nosotros, un fuerte vampiro.
__¿Un vampiro?_La miró, no daba crédito a lo que acababa de escuchar_.Entonces los hijos de Kai existen de verdad. 
__Si eres un vampiro serás capaz de atraer a Kuni. Ella es una pieza clave en todo esto.
__Pero ¿por qué es ella tan especial?
__Como  cuenta la leyenda de Lunarett, tu mejor amiga es una hija de Kia, una Lightness. 
__No es posible...pensaba que sólo eran cosas de viejos y cuentos para asustar a los niños.
__Pues ya no hay vuelta atrás. No tienes escapatoria.


Dylon no tuvo tiempo de reaccionar. Intentó zafarse de la poderosa hechicera vampira pero todos sus esfuerzos fueron inútiles. Nocturna era mucho más fuerte que él y lo apresó contra la dura corteza de un árbol. No pudo ni siquiera gritar, tan sólo ver cómo Nocturna abría su boca, mostrando unos afilados colmillos que se alargaban gradualmente, y se acercaba a su garganta. Mordió sin piedad y bebió su sangre caliente.  Dylon rabiaba de dolor mientras su vida se iba apagando lentamente,  a pesar de que la mano de su opresora le impedía abrir la boca. El último pensamiento que tuvo fue para Kuni. La luz de sus ojos disminuyó al igual que su ritmo cardíaco y se desplomó en los brazos de su asesina. Su piel se enfriaba y perdía su color a cada segundo que pasaba. Nocturna se sentó, reposó la cabeza sin vida de Dylon sobre su regazo y se mordió los labios lo suficiente para que unas pocas gotas de su sangre emanaran hacia la boca del chico y lo revivieran.