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Hola chicos, aunque voy a trabajar también con mi página web de www.elalmanegra.neositios.com voy a probar a publicar aquí los capítulos de mi historia. Gracias por visitar mi web.

QUE LA LUZ DE KIA OS ILUMINE Y LAS ALAS DE KAI OS GUARDEN :)

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Cap. 10

No soportaba haberse ido de esa manera, pero tenía que pararle los pies. <<Ojalá nada de esto hubiera pasado>>, se dijo. Sentía mucho su pérdida. De todos modos, ahora debía actuar frente a los demás como si estuviera muerto, como en cierta manera estaba. 
Liria y su marido fueron al centro médico para hacerse las pruebas. Habían madrugado y no habían tomado nada de desayunar. Aunque Kuni ya sabía de quién era la sangre descubierta en el árbol estaba preocupada. Si sus padres descubrían que su hijo había sido convertido en vampiro sería un duro golpe para ellos. La verdad sería más cruel que la esperanza de que siguiera con vida. ¿Qué le diría a todos? ¿Que Dylon ahora era un servidor de Kai y nunca volvería a ser el mismo? Era mejor que nadie supiera de la existencia de los vampiros dejos de las leyendas de Lunarett. 
Pobre familia...destrozada por los viles hijos de Kai. Era una tortura vivir con la inseguridad de no saber nada de su hijo, de no encontrar su cuerpo. De momento, Dylon se encontraba bajo la protección de Nocturna. A Kuni ese nombre le producía gran repulsión. 
La vida en las aulas seguía su curso, más o menos como siempre. El cambio era que Kuni ahora se sentaba sola, sumida en un silencio tan depresivo que incluso Marina sentía algo de compasión por ella. En todo ese tiempo, Kuni había bajado mucho en sus calificaciones, llegando a tener que recuperar algún examen. Ella también había cambiado a peor. Se había llevado varias llamadas de atención por parte de los profesores  y su padre no sabía qué hacer para ayudarla. Se decía a sí mismo "sólo Kia puede entender por lo que está pasando". Cada día, al acabar las clases, se encerraba en su cuarto y no salía si no era estrictamente necesario. Con la de veces que se había imaginado el día de la graduación junto a su querido amigo. Ni siquiera había podido celebrar el cumpleaños de Dylon, quien ahora ya habría cumplido la mayoría de edad. Todas las ocasiones especiales que les quedaban por vivir se habían desvanecido. 

Dylon, después de la desastrosa escena con Kuni, se quedó deambulando por las calles, apagando su triste sed con dos prostitutas que había encontrado sentadas en un banco. Cuando terminó la faena se encargó de deshacerse de sus restos corporales. Pensó que nadie las echaría de menos. <<Qué sangre con tan poca calidad>>, pensaba. Las emisoras de sangre no llevaban una vida muy sana al parecer, puesto que notaba un cierto sabor a alcohol y otras sustancias que prefería desconocer. Comparadas con la sangre dulce de Kuni no eran nada. De ninguna manera se iba a dejar vencer. Esa Lightness debía ser suya. Había bebido de su sangre, pero no había acabado la faena como él desearía. Para aumentar su frustración latente, cuando volvía a encontrar a la joven, ella le rechazaba con tajantes palabras. Nada que encontraba apaciguaba su deseo. Cuando llegó a la que se había convertido en su casa, antes del alba, le recibieron varias discusiones acaloradas desde el piso superior. 
Distinguía la voz de Nocturna y los reproches de Dragon, un "tranqui, tío" de Draco y horribles palabras de Richard y los suyos hacia el propio Dylon. Normal, estarían enfadados después del episodio en el cementerio. Sintieron su presencia en cuando cruzó el umbral de la puerta y le dieron una bienvenida sin igual. Richard, cuyas heridas ya habían sanado, saltó de las escaleras y lo agarró por el cuello de la camiseta, levantándolo en peso y estampándolo contra la pared del recibidor.
___¡Maldito traidor! ¡No mereces ser uno de los nuestros!
¿Desde cuándo había querido formar parte de semejante calaña?
__Déjalo en paz._dijo Elisée desde la barandilla.
__Tú mejor cállate._replicó.
Draco se alejó de su novia para dirigirse hacia el bocazas que osaba hablar así a su chica. Enganchó su cabello negro y tiró de él hacia con tal fuerza que casi lo deja calvo. Richard gritó, sin salir de su asombro. Draco consiguió que soltara a Dylon. Leo y los otros cuatro intentaban quitarlo de encima de su colega. Dragon se vio envuelto en una pelea llena de puñetazos a diestro y siniestro para ayudar a su amigo. Nocturna, por su parte, contemplaba el espectáculo sin hacer nada en absoluto, riendo por dentro: <<Por mí como si se acaban matando unos a otros>>. Elisée observaba horrorizada cómo Draco recibía arañazos y golpes. Sin que nadie se percatara, ni siquiera Nocturna, y se dispuso a coger la lanza blanca guardada en el sótano. Irradiaba una luz que nublaba la vista. Alargó la mano con precaución y cuando cerró los dedos en torno al arma, ésta dejó escapar lenguas de fuego al encontrarse con la piel de la vampira. Encontró un trapo que seguramente Nocturna utilizaba en sus rituales y agarró la lanza con él. Esta vez los gritos provenían del patio cementado de detrás de la casa. Nocturna no quería perderse el desenlace, así que insonorizó los alrededores para que ningún vecino fuera consciente de las peleas. Elisée corrió hacia la agitada masa de jóvenes, mostrando la luz cegadora de la lanza. 
__¡Parad de una vez! 
Todos se cubrieron los ojos y gritaron como animales acorralados. Nocturna le dirigió una mirada fulminante y le arrebató la lanza. Era un objeto muy valioso y útil para ella, cualquiera que lo tocase merecería un castigo.
__No metas las narices donde no te llaman.
__No quiero ver cómo se causan daño sin sentido. Puede que esto a ti te agrade pero yo me niego a participar en tu retorcido plan.
Nocturna entrecerró los ojos, le propinó una bofetada y tras mirarla de reojo, se retiró. 
Elisée ayudó a Draco y Dragon para entrar de nuevo en la casa. Tenían los cuerpos magullados. Era habitual que guardara en un pequeño cofre de madera de pino una bolsita de plástico que contenía diversas especias con propiedades curativas. Una de ellas era una flor llamada Nitassía, proveniente del monte Nito, que crecía al pie de los árboles, tenía olor parecido a la menta y sus pétalos morados eran suaves como el terciopelo. Arrancó los pétalos y, tras verter agua en un vaso, los introdujo y ésta comenzó a hervir. Los pétalos se disolvieron en pocos minutos y dejaron un tinte azul marino. Mojó sus dedos con este líquido para posarlos con cuidado sobre las heridas, que de este modo sanarían mejor. Ambos se quejaron de que tenía que untar las heridas con el fluido ardiente. Si no tenían heridas muy graves sus cuerpos podían regenerarse con facilidad, pero esta flor recomponía las células con más rapidez. El olor de la flor se propagó por la habitación de Elisée de manera empalagosa y los jóvenes no pudieron evitar quedarse dormidos. 
Una vez curados, Elisée pensaba buscar a Dylon. El muchacho había empezado con buen pie, pero se había ganado el odio de Richard y los suyos y no habría manera de enmendarlo. Cuando le cogían manía a alguien no lo olvidaban. Lo halló echado en el sofá del salón, sangrando por la nariz y con los nudillos llenos de raspaduras por los puñetazos. Se acercó a él sin saber qué decir. Verlo ahí solo y dolorido la conmovió. 
__Ufff...estoy hecho  polvo. Ese Richard me cae fatal.
__¿A quién no? Se gana enemigos por cada sitio que va.
__No sé qué hacer. No tengo a dónde ir pero aquí me siento encarcelado. Encima no me puedo quitar a alguien de la cabeza...es como una enfermedad.
__Vaya_ dijo sorprendida_.Tus sentimientos hacia esa Lightness son más fuertes de lo que pensaba. ¿Acaso te has enamorado?
El sarcasmo que detectó en la pregunta le arrancó una sonrisa. Aun así, no pensó que Elisée fuera a saber nada de lo de Kuni.
__Pues...no lo sé. Recuerdo que cuando era humano estaba loco por ella. Si no fuese una...
__Entonces ya estaría muerta. 


Llegó el viernes y Kuni recibió la nota del examen de Literatura: había suspendido. Los profesores no podían creerlo y tampoco los compañeros de clase. Kuni lloró de pura desesperación y vergüenza. Pero lo peor no acababa ahí. 
Para sorpresa de todos, las noticias que dieron los analistas a los padres de Dylon eran para confirmar sus sospechas. Todo estaba perfectamente redactado en el expediente. Kuni le planteó a su padre la posibilidad de que su amigo se hubiese convertido en vampiro. Éste, tras escucharla, no descartó la idea. No quisieron comentárselo a Liria, pues no querían asustarla y preocuparla. Cuando la tenían delante se sentían culpables de no decírselo. Tonelius volvió a quedarse con los padres de Dylon para ayudarlos a pasar el mal trago. Cuando llegó a casa, Kuni se armó del poco valor que le quedaba y le contó lo que sabía de los Lune y también todo lo ocurrido con Dylon aquella noche maldita. Por toda respuesta, la cara de su padre se volvió blanca como un folio a medida que escuchaba. 
__¿Sabías todo eso y no me dijiste nada?_ su tono era de reproche y enfado.
__Nadie podría saberlo sin salir perjudicado. Ellos ya saben quién soy y no quería poner a nadie más en peligro.
__Pero tú has estado en peligro todo este tiempo y yo sin saberlo... deberías habérmelo dicho, podría haberte ayudado a eliminarlos.
__¡No, espera! Es algo que sólo yo debo hacer._Dudó si podría contar la historia hasta el final_¿recuerdas el concierto al que fui? 
__Sí. ¿Por qué?
__Porque el grupo que tocaba era de la familia Lune. 
__¡Por Kia!_se llevó las manos a las sienes_. No me digas que la gente ha estado expuesta a semejantes monstruos.
Kuni desvió la mirada.
__Un momento... ¿sabías que ellos eran...?
__Yo... es que... sí, eso me temo.
__¿Eso te temes? ¿ Te das cuenta de que llevaste a Dylon a una cacería a propósito?
__No lo había visto de ese modo. 
 Su padre resopló y luego dio un largo suspiro.
__Cena y vete a dormir.

Vio salir a su padre en dirección a las escaleras y se sintió muy mal. Sintió como si lo hubiera decepcionado. A quien la había criado y querido como a una hija, a quien siempre había confiado en ella. Cenó rápidamente y subió a su habitación con cautela. La puerta de la habitación de su padre estaba entreabierta y pudo ver que dormía o eso a ella le parecía. 
Se había dejado la luz encendida, así que Kuni la apagó procurando no hacer ruido. 
Cogió su chaqueta vaquera y, tras ver que el reloj marcaba las once de la noche, se  teletransportó a la calle fría y silenciosa. Su paseo la llevó directamente hacia la desoladora mansión. No se sentía ningún ruido procedente de dentro y no se percibía luz a través de los ventanales. Necesitaba a alguien con quien poder hablar, a alguien que la hiciera sentir menos apenada. 
__No debería haber venido aquí y menos dadas las circunstancias, pero no puedo con esto yo sola. 
Sollozó y miró hacia la ventana que, si no recordaba mal, pertenecía a la habitación de Ilion.
Como respuesta a su muda súplica, desde el interior de la estancia se movió una sombra que parecía asomarse. Tras un instante de confusión, desapareció de su vista. 
Envió un sms al móvil de Ilion diciendo que se encontraba frente a su casa y necesitaba verlo. 
Como no obtuvo respuesta, cosa extraña porque Ilion solía contestar a sus mensajes con rapidez, decidió esperar en un parque infantil que había detrás de las casas de la acera de enfrente. Se sentó en un banco y se encogió de frío. Tenía que hacer todo lo posible para aprobar todas las asignaturas, ya que  quedaba una semana de clases__después había exámenes finales__, cada vez estaba más próxima la graduación. Se sentía tan mal consigo misma que quería gritar. 
<< Ilion, ¿dónde estás? Me siento mal.>>
 De repente, alguien le tocó el hombro por detrás y dio un respingo. El corazón se le encogió y se giró sorprendida y algo asustada. No había escuchado a nadie ni había visto a nadie en los alrededores. No esperaba tener tras ella a la causa de sus miedos y su odio más profundo. 
Se sintió asqueada por la forma que tenía de mirarla, curvando los labios y arqueando las cejas. ¿Quién se creía que era para mirarla de esa manera?
__¿Qué haces por la calle tú sola, a estas horas de la noche?
__¿A ti qué te importa? Déjame. 
Tuvo que contenerse para no lanzarse sobre ella. Tenía ganas de destrozarla, pero sola no podía contra ella.
__Qué modales tiene la jovencita_. Soltó una carcajada nada disimulada. 
La ocurrencia de la joven Lightness le había hecho gracia. Cuando Kuni se disponía a irse, la agarró por el antebrazo. Su fuerza descomunal la pilló desprevenida. La sonrisa sádica en su cara la aterrorizaba, pero pudo clavarle las uñas para quitársela de encima. Huyó todo lo rápido que sus piernas le permitían. A medida que se alejaba pensó en un lugar donde esconderse. Se le ocurrió teletransportarse_pues no tardaría en llegar hasta ella_al único lugar donde no podría alcanzarla: el templo de Kia, cerca de la Plaza. Se cobijó bajo sus altos muros de mármol. Había entrado muchas veces para eventos especiales, como la boda de amigos de su padre que para ella eran como de la familia. Recordaba la belleza del techo abovedado  entre los diversos pilares, las inscripciones en lengua antigua en ellos, los frescos repartidos por las paredes lisas, las esculturas de la diosa en tres de las cuatro esquinas... 
Allí se sintió más segura, como si una fuerza la resguardara de todo peligro, aunque el hecho de que una vampira fuese tras ella permanecía. 


Ilion acababa de enterarse de que tenía un sms de Kuni: " Ilion estoy delante de tu casa. Necesito que te quedes conmigo. Por favor, no aguanto más, me siento mal." 
El mensaje había sido enviado a su móvil hacía ya más de media hora. Miró por su ventana y al no ver a nadie, se sintió inseguro, lo que nunca le había pasado. La idea de que pudiera estar en peligro le hizo reaccionar. Esa noche estaban todos en casa, aún con secuelas por la pelea y no tenían ganas de salir. Estaban todos allí...no...todos no. Comprobó que faltaba uno de ellos.  Si tenía algo que ver con el extraño mensaje de Kuni o su repentina ida. Tenía que darse prisa. No podía dejar que la atrapase, pues la vida eterna sin ella no sería lo mismo. 
Quien sin lugar a duda iba tras Kuni era Nocturna. ¡¡¡No!!! No podía permitirlo. Nocturna no sentía respeto ni piedad por nada ni por nadie. Se atravesaría con la lanza blanca mil veces antes que dejar que Kuni sufriera ningún daño. Se transformó en murciélago, ya que podía e iría más rápido. Sobrevoló bosques, montes, ríos y edificios, esperando encontrarla. 


El hecho de correr y esconderse hasta obtener ayuda era solamente una primera opción, pero no podía permanecer allí demasiado tiempo. Su instinto de supervivencia se había despertado. El sentimiento de desolación por no saber nada de Ilion la hacía sentir peor. El miedo que también sentía no la dejaba pensar con claridad, así que antes que dejar que los pensamientos incoherentes la paralizaran prefirió asomarse por el muro  tras el que se escondía. Lo que vio fue oscuridad absoluta, así que intentó agudizar el oído. Cualquier hechizo que hiciera en el exterior del templo podría delatarla. La brisa nocturna se hizo más violenta y los insectos dejaron dejaron de emitir sonidos. Unos pasos se escucharon a lo lejos, tras la niebla espesa que empezó a formarse. Se escondió de nuevo y sintió mucho frío. Sintió que se congelaba, como si su ropa no la protegiera lo más mínimo. Sólo en una ocasión había sentido tanto frío.  Recordó la noche en la que se perdió por el centro de la ciudad, cuando extrañamente se levantó una tormenta de nieve. Kuni tenía entonces seis años. A esa edad no es muy frecuente que se conserven los recuerdos, pero ella era capaz de revivirlo como si hubiera viajado atrás en el tiempo. Se veía a sí misma cogida de la mano de Tonelius. Habían salido a cenar con unos amigos de universidad de su padre,  a quienes no veía desde hacía meses. Cuando salieron del restaurante, le viento de la calle se agitaba cada vez más y comenzó a nevar. Se levantó una ventisca como nunca antes lo había hecho en los inviernos de Lunarett. Kuni procuraba ir junto a su padre pero tropezó mientras caminaba y se quedó unos instantes de rodillas sobre la nieve que había. Se distrajo y cuando iba a llamar a su padre, el fuerte vendaval amortiguaba su tenue voz. Sus cabellos de color rosa eran zarandeados y le impedían ver bien. Los ojos empezaban a escocerle a causa del frío. Intentó correr pero no sabía hacia dónde iba. No sabía ni dónde estaba y sólo veía nieve y oscuridad. Tonelius creía que iba a su lado, pero su error había sido distraerse con los compañeros y no llevar a Kuni de la mano. Los compañeros tampoco habían reparado en que Kuni se había quedado atrás probablemente. Se sintieron muy culpables y todos juntos la buscaron y la llamaron, pero tenían como única respuesta el silbido del viento.
Kuni siguió la línea de farolas delante de ella pensando que si iba en línea recta alcanzaría al grupo. Avanzaba con las manos por delante para no toparse con nada. De momento, el sentido de la vista era inservible.  "Por favor" decía Kuni, "que alguien me ayude. Me he perdido y tengo mucho frío." 
Se topó con un joven que andaba por delante de ella. Se agarró a su camiseta y le pidió ayuda con las pocas fuerzas que tenía. No dejaba de tiritar. El joven se dio la vuelta y le preguntó: 
" Eres muy pequeña para andar por aquí tan tarde y sola." 
" Me he perdido", dijo con ganas de llorar. 
"¿Dónde están tus padres?" preguntó el desconocido. 
" Estaba con mi padre pero me he tropezado y al levantarme ya no lo veía." 
Estaba asustada por hablar con un extraño por la noche pero sólo estaba él como posible ayuda. El joven lo notó. 
" No te preocupes, sé que no te dejarán hablar con desconocidos pero no te haré daño." 
Eso no la tranquilizaba. El desconocido preguntó cómo se llamaba y cuando iba a responder escuchó la voz de su padre. 
__¡Kuni! ¡Kuni!_corrió hacia ella y la abrazó con fuerza__. Menos mal que estás bien. Perdóname. 
Ella dijo que estaba bien porque un hombre la había ayudado. 
___¿Un hombre? ¿Qué hombre?
___Pues..._se giró y no vio a nadie__. Estaba aquí. 
Tonelius miró a su alrededor pero lo interpretó como fruto del susto que se había dado la pequeña. Lo cierto era que el joven había desaparecido. 

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