Ayer por la noche salí a ver las estrellas,
pero como quisieron competir en brillo
con tus ojos, dejé de mirarlas.
Ahora admiro la belleza de otra estrella.
Si fueras un planeta yo sería el satélite
que gira en torno a ti.
Si yo fuera otro mundo tú serías la luz
que le da vida.
Ayer por la noche vi volar a los murciélagos
y me acordé de ti: el único vampiro al que
dejaría morder mi cuello.
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