Estoy celosa de tu ropa
porque siempre toca tu cuerpo.
Estoy celosa del aire que respiras
porque siempre te sustenta.
Estoy celosa de tus pensamientos
porque siempre están en tu mente.
Estoy celosa de tu corazón
porque siempre te pertenecerá a ti.
Estoy celosa de tus labios
porque siempre te arrancan una sonrisa.
Estoy celosa de las historias que escribes
porque muestran los sentimientos que tienes.
Estoy celosa de tus recuerdos
porque se guardan en tu interior.
Estoy celosa...
Oh, Eros, maldita la hora en la que
me atravesaste con tu flecha de oro.