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Hola chicos, aunque voy a trabajar también con mi página web de www.elalmanegra.neositios.com voy a probar a publicar aquí los capítulos de mi historia. Gracias por visitar mi web.

QUE LA LUZ DE KIA OS ILUMINE Y LAS ALAS DE KAI OS GUARDEN :)

viernes, 13 de diciembre de 2013

Cap. 11

Ilion volaba tan rápido como sus alas le permitían. ¿Dónde estaría Kuni? El aire gélido le hacía perder el rumbo. En realidad no tenía un rumbo fijo. Necesitaba sólo una señal, por pequeña que fuese, que le ayudara a saber dónde estaba. Como un relámpago cruzó el nombre de alguien que, por desagradable que le resultara, quizá podría ayudarle: Dylon. 
No pensaba darle a Nocturna la oportunidad de hacer daño a su Lightness para vengarse de él. Surcó el cielo oscuro en busca del joven mago-vampiro. Entró por una ventana entreabierta de la mansión y lo encontró echado sobre el sofá. Las heridas ya habían sanado.

__Necesito tu ayuda, Dylon.
__¿Tú?_dijo con escepticismo y algo de sarcasmo_¿Qué quieres tú de mí?

__Se trata de Kuni.
Al  decir esto, volvió la mirada hacia Ilion, quien le devolvía una mirada de urgencia. Se puso serio de repente.

__¿Qué le pasa?_ se levantó rápidamente.
__Creo que corre peligro y que Nocturna está detrás de todo.
__Pero, ¿dónde está? Tengo que ayudarla o esa Nocturna...
__Es muy peligrosa, lo sé...como también sé que aún sientes algo especial por Kuni.
__Por eso me pides ayuda, precisamente tú._lo miró con rencor. Se sintió dolido.
__No lo haría si no fuera estrictamente necesario.
__Ya...bueno...pongámonos manos a la obra. 

Sin mirarle abandonó la estancia seguido de Ilion. Reunieron fuerzas para soportar la presencia del otro, pues los celos los mantenían tensos. 


Kuni, dando rienda suelta a su memoria, se dio cuenta de que lo único que recordaba físicamente del joven al que vio en la tormenta de nieve era un par de ojos azules  muy brillantes, justo como los que tenía... entonces de algún modo estaban destinados a conocerse y de volver a encontrarse...Ilion y Kuni. La joven pensó que no le vendría nada mal una pequeña ayuda divina.  Como respuesta, las puertas del templo, que eran cerradas cada noche, se abrieron levemente tras ella. Kia lo había hecho posible, a pesar de que su poder no fluyera con la misma fuerza durante la noche. La entrada al templo de Kia estaba prohibida para los hijos de Kai, así como para los "seguidores" humanos de éste. Cerró la puerta con cuidado. Tenía en mente permanecer allí hasta que tuviera un plan contra su perseguidora. Giró su vista alrededor del interior, contemplando el mosaico en forma de sol en el centro del suelo, las filas de bancos a derecha y a izquierda bajo los ventanales, el altar. Percibió que en la pared que había tras el altar había una figurilla de cobre que si se desplazaba hacia dentro se activaba el mecanismo que abría una puerta secreta. Esta puerta se deslizaba hacia atrás para desencajarse de la pared y luego hacia un lado para mostrar la entrada. Las sacerdotisas habían incorporado ese pasadizo a finales del siglo XIV para refugiarse en caso de peligro, ya que la puerta principal era la única vía de escape. Kuni sabía esto porque su padre tenía una amiga sacerdotisa, quien antes de morir reveló este secreto sólo a Tonelius. El pasadizo llevaba a un piso subterráneo donde había víveres e una pequeña despensa y modestos dormitorios para cada una de las seis sacerdotisas. Los dormitorios eran sagrados para las sacerdotisas y ninguna invadía la privacidad de la otra. Ellas custodiaban el templo durante el día, presidían bautizos, bodas, misas los sábados por las mañanas. Kuni se sentó sobre una de las camas para pensar. Esa habitación resultó ser la que tuvo Tiara, su madre, en vida. 


Nocturna rastreaba a Kuni y creía que podría alcanzarla si volaba. De repente, una voz sensual y masculina susurró en su mente: "Nocturna, si no te ayudo nunca la encontrarás."
Sintió una pequeña descarga eléctrica en su interior. Se estremeció de gozo.
__Oh, señor de las tinieblas. No os pediría ayuda de no ser necesario, así que os lo agradezco. Quiero encontrar a esa estúpida y acabar con ella. 
" Todo a su tiempo. La encontraré por ti pero deberás mantenerte al margen por el momento."
La voz desapareció y Nocturna se quedó clavada en el sitio, meditando las palabras del dios. 


En el templo de Kia, Kuni deambulaba mirando cada rincón detalladamente. Detenía la vista en cada pintura, en cada vidriera, pero fue interrumpida por unos golpes de llamada en la puerta principal. Su primera reacción fue asustarse. Intentó ponerse en guardia y se obligó a sí misma a calmarse, pues sabía que la puerta no podía ser abierta desde fuera por alguien que no fuese una de las sacerdotisas. Desde fuera escuchó una voz que la llamaba en voz alta:
___¡Kuni! ¿Estás ahí?

Reconoció la voz.

___¡Abre la puerta, por favor!
___¡No puedo hacer eso!__gritó desde dentro__. ¡No puedes ni deberías entrar!
___¡Por favor! ¡Estoy aquí para ayudarte!
 Sabía que podía confiar en él pero no creía que fuera posible: un hijo de Kai entrando en un templo de Kia... sería un milagro si lo lograse sin salir herido por la magia que protegía el lugar. 
__¡Kuni, tranquila, no me va a pasar nada! 
Ella, tras dudar unos minutos, abrió la puerta. El joven logró entrar sin sufrir ninguna convulsión y la abrazó. Kuni se sorprendió porque no había sufrido el más ligero daño. 
__Ilion, Nocturna me persigue.
__Lo sé, pero no te preocupes... te ayudaré.

Kuni lo abrazó con fuerza y notó su piel tan fría...Le resultaba extraño, ya que en sus últimos encuentros se diría que había hallado cierta humanidad en él. Su aspecto era más imponente que nunca, su voz más profunda y sus gestos más exactos. Estaba irresistible, hermoso. Sus ojos eran tan azules y su pelo era tan sedoso...
__La verdad es que te noto algo diferente. No sabría decir qué es.
__No tendrás miedo ¿verdad?
__No, porque eres tú. 
Él sonrió y la besó con pasión. La agarró por la cintura y mientras la besaba la conducía hacia el altar. Su cuerpo masculino parecía haberse hecho más fuerte que antes. No pudo resistirse. Hizo que se tumbara en el altar y se recostó sobre ella. Kuni iba siendo cada vez menos consciente de lo que estaba pasando. 
__Ilion, no es momento para esto. Nocturna vendrá a por mí en cualquier momento. Además... yo nunca... he hecho esto.
__Lo sé.
Una sonrisa se dibujó en los labios de Ilion y Kuni empezó a sentirse inquieta. Los ojos del joven brillaban como antorchas en la penumbra.
__¿Ilion?
__¿Qué pasa, mi dulce Kuni?
__Esto es raro. ¿Qué te ha pasado? Tú no sueles ser tan... directo.
Una parte de ella disfrutaba con sus caricias y besos, era difícil resistirse a sus encantos.
La empezó a desnudar y ella se alarmó. Intentó quitarlo de encima pero sus brazos la sujetaban con una fuerza férrea. 
__Ilion, ¿qué haces? ¡Déjame!
__No.
Kuni se asustó de verdad y se enfadó por la osadía de Ilion.
__¡Bastaaaa!
__Chsss... Ahora empieza lo mejor. Juntos mancillaremos el templo de Kia. 
<<¿Qué pasa contigo?>>, pensó ella. 
Él miró la expresión de su cara y se rió de manera siniestra. 
__¿Por qué haces esto? ¡Suéltame!
__Porque me voy a vengar de Kia.
__¿ De qué hablas?

Sin responder, clavó sus colmillos en el cuello de Kuni. Lo que sintió en ese momento fue dolor. Una mano tapaba su boca y la otra sujetaba sus muñecas. Invocó hechizos pero por alguna razón no servían contra él. A medida que bebía su sangre emanaba un aura oscura que se colocaba sobre ambos. Nunca había sentido un aura tan poderosa. Creía que estaba nevando sobre su piel porque la piel de Ilion se volvía más gélida por momentos. Tembló de frío y, cuando se dio cuenta de que estaba completamente desnuda, dos lágrimas cayeron de sus ojos. No podía creer que Ilion, el chico del que estaba enamorada, la tratase de esa manera. Pensó que a fin de cuentas era un vampiro y que era un hecho que nunca cambiaría. En su fuero interno gritaba y llamaba a Kia. La diosa había querido intervenir en todo momento para rescatarla pero una barrera en torno a Kuni se lo impedía. La sangre de Kuni era tan poderosa que hizo un prodigio increíble. El joven desnudo y tendido sobre ella empezó a cambiar de aspecto. Kuni no podía creer lo que veían sus ojos.
El cabello poco a poco se hacía más claro, hasta alcanzar una tonalidad dorada como el sol. Los músculos se definieron y de su espalda surgieron dos grandes alas negras y membranosas. 
Era el mismo dios de la noche en persona, en carne y hueso. Tenía pleno poder sobre Kia. Kai había practicado mucho tiempo con sus poderes para ese momento, para crear una imagen de Ilion que fuera igual a la vista y al tacto para que Kuni cayera en la trampa y así poder tomar su sangre, pues la necesitaba para poder recuperar su forma corporal original. Su presencia era tan tenebrosa y llena de fuerza que se quedó paralizada. Kuni sentía haber dudado de Ilion, porque él estaba al margen de la situación. Había sido humillada, engañada, utilizada y mancillada en el propio templo de su madre divina. Estaba tan dolorida por dentro y por fuera...No le salían las palabras. Imploró ayuda a Kia pero no obtenía respuesta. El dios a quien temían los humanos sobre todas las cosas, de quien siempre había oído hablar y a quien había visto solamente en cuadros le sonrió con ironía.
__Gracias, pequeña hija de Kia. Nunca podría haber hecho esto de no ser porque encontré tu punto débil: tu amor hacia Dragon, o Ilion como tú lo llamas. Tu sangre me ha devuelto a la vida pero ahora... debes morir.

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