Quiero que seas mío
por tenerte para siempre.
Necesito las caricias de tus
labios de sonrisa picaresca.
Llévame contigo al Infierno,
hazme allí tu Perséfone.
Hazme arder en tu fuego
con pasión de llamas inacabables.
Por ti sería capaz de morder la granada.
Llévame allí donde tú vas,
enséñame lo que tú ves.
Mi caballero oscuro pretendo
hacerte sin más.
Despiértame, oh, serpiente.
Sólo de tu ponzoña de amor
tengo lleno el corazón.